cuarenta y ocho:

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Hay un café abierto los domingos debido al rendimiento mediocre comparado con la competencia de las demás calles, pero es un negocio familiar y no les ofusca laburar el día de descanso. Chan, Wonwoo, HyunSik y SeungKwan se reúnen a las doce para un dulce de crema pastelera, con una base delgada y solita, con paredes crujientes sabor a vainilla, fruta picada para endulzar la presentación. La tartaleta hace pareja con cuatro tazas de café sencillo, sin ningún adicional como cremas o cacao; solo quieren despejar sus ideas como un viejo desbroza su campo con las manos.

—Falta poco para acabar el semestre —dice Wonwoo— y el siguiente año serán los últimos dos. ¿Ya saben en dónde van a trabajar? —mirando a Chan y HyunSik que están al frente.

—Mi papá conoce a mucha gente —responde Chan— y me dijo que me recomendará con dueños de locales pequeños.

—Yo pienso ir con un buffet de abogados —responde HyunSik, cruzando sus brazos, echándose en la silla—. No tengo ni idea de cómo lo haré, pero estoy segurísimo de que pagarán muy bien por mí, más si ven mis calificaciones.

—¿No vas a estudiar —preguntó Wonwoo—, SeungKwan? —lo mira con intriga—. Ganas un buen dinero en tu trabajo y ya debes tener bastante ahorrado. No sería una mala idea dedicarse al estudio algún día, aunque, lo que sea que te mantenga, está genial. Eso sí, excluyendo lo ilegal. —bebe los últimos sorbos de su café.

—Aún no lo sé. —toma otro trozo de la tarta y la examina cuando la levanta—. Me agrada eso de estudiar, pero no me siento experto en ningún área. Además, me gusta mucho cantar y ser garzón en ese restaurante. Gano muy bien y, siento, he hecho que mi relación con mis padres cambie para mejor, y no deseo acabar con eso.

HyunSik los quería invitar a todos a almorzar a un restaurante que quedaba a unas pocas calles del café, cerca de los barrios de verduleros, que tiene una terraza y cerraba a las cuatro.

—SeungKwan y yo comeremos comida china —le dice Chan—, iremos a mi departamento.

—¿Podemos ir? —pregunta Wonwoo—. Para no parecer un aprovechado, llevaré el almuerzo.

—Podemos ir por comida china al supermercado —dice HyunSik.

Todos acordaron ir a la casa de Chan y preparar rápidamente el almuerzo. Chan y SeungKwan van a un minisuper bastante vacío, a una cuadra de distancia. La puerta mecánica se desliza y buscan refrescos de dos litros en los coolers. En eso, Chan choca con alguien que estaba de espaldas, tras cerrar la puerta de uno de los coolers.

—¡Oh! —voltea y retrocede—, disculpe, señor, yo... ¿MinGyu? —murmuró.

El perfil del hombre se le hizo conocido, bastante. Resultó ser MinGyu, con su mascarilla y unas gafas de sol a mitad de noviembre. Ambos se saludan y Chan va en busca de SeungKwan, quien buscaba un refresco al otro extremo del local. Cuando se ven, una cariñosa expresión de afecto se presenta en MinGyu cuando le tiende la mano para saludarle, quedando así por cuatro segundos, costando en la separación para ambos. Tal vez no estaba en traje como anoche, pero, para SeungKwan, en sus simples ojos, le parecía una majestad en trapos sucios. Miraba a Chan para evitar cualquier vergüenza, como si se le olvidara quién era su pareja y con quién hizo el amor anoche.

—Me dijo MinGyu que se está quedando en un hotel que queda muy cerca de acá.

—Y... ¿cómo la has pasado?

—Muy bien. —se quita las gafas y las cuelga de su camisa a cuadros celeste y sus derivados—. El hotel es estupendo y el trato que me dan es genial. Puedo mostrarles mi habitación, por si quieren pasar a visitarme. —saca una bebida Sprite del cooler que está a su lado—. Solo venía por un refresco y unas golosinas.

I've Always Loved U • VerkwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora