I've Always Loved U • Verkwan

veintiocho:

La familia de Vanessa, junto a Marceline, con concesión de sus padres, se añaden a la mañana siguiente. Ambas familias se conocen poco, pero se han dado el tiempo de crear algún espacio en sus calendarios para interactuar en la misma mesa y disfrutar de la charla y chistes anecdóticos.

Vanessa se acerca a SeungKwan, lo saluda y lo abraza.

—Te dije que vendrían acá —le dijo en inglés.

—Es un lugar amplio y hermoso.

—¿Han recorrido las áreas más cercanas o la playa?

—No he querido ir, principalmente porque me gusta este lugar en específico. Pero hoy con mucho gusto iré con ustedes.

—¿Te sientes mejor?

—¿Yo, sentirme mejor?

—Sí. No me digas que te has olvidado de la larguísima cara que mostraste hace pocos días en la playa. Yo me acerqué a ti para invitarte a unirte a la conversación que estábamos sosteniendo. ¿Lo has olvidado?

—Ah, ya lo recuerdo. Creo que este lugar me ayudó muchísimo para quitar la angustia que sentía. Me siento muchísimo mejor.

—Me alegro muchísimo. Entonces, ¿sí vienes con nosotros? Iremos a la playa después de almorzar.

—Sí, no hay problema...

—¡Ay! —da la espalda para enfrentar a quien le hizo cosquillas—. ¡Cheol, no seas imprudente!

—Solo quiero que me prestes atención. —la abraza y cicatriza su cuello con besos. Mira a SeungKwan con un ojo y se lo guiña—. ¿Qué quieres hacer, amor mío?

—Cheol —ruborizada—, ya sabes lo que haremos. ¿Por qué no me dices de una buena vez que me quieres besar?

—¿Soy tan obvio?

—Eres un idiota.

—Uno que te quiere de muchísimas maneras.

—¡No seas imprudente, por segunda vez! —lo golpea riendo—. No estamos solos.

—¿Será imprudente de mi parte arreglar algún horario para tener nuestro tiempo a solas?

—Ay, deja de pensar un rato en eso.

—He intentado hacerlo, pero... —la besa lentamente—, si te soy honesto, no puedo. ¿Cómo puedo pasar tantos días a solas, sin mi novia, acostado y deseando tenerla en mis brazos?

—Si yo puedo, tú también. —le regresa el beso.

El coqueteo hace disposición de irritantes momentos y la culpa no era suficiente para revelarse ante el fraude de amor pasional que SeungCheol presume a los ojos de SeungKwan. Este decide huir a su lado de la cabaña, con el pretexto de ordenar lo que llevará a la playa. Pero su súbita vigilancia a las cosas más mínimas lo alertan de la falta de ropa sucia que tenía acumulada en una esquina, tapado por una vieja e igualmente sucia manta.

—¿Buscas algo? —habla SeungCheol cómodamente.

—No, nada importante. —sin mostrar la cara.

—Si buscas tu ropa, aquí está.

Giró velozmente como un trompo e identificó su poca ropa en la cima del cúmulo de prendas sucias en una pequeña cesta que SeungCheol sostenía con uno de sus brazos. Vanessa había desaparecido del cuadro, tornando imprevisto el momento. Sin muestra de vergüenza, SeungCheol toma el primer boxer de la torre, perteneciente a SeungKwan, y lo huele. Acto siguiente, lo muerde y lo tienta a atacar, pero SeungKwan se resiste como ha resistido a tanto en su vida.