cincuenta y uno:

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«Al hotel», le pidió Hansol al chófer que tenía a sus servicios. SeungKwan llamó rápidamente a su padre, pidiéndole que no fuera por él, ya que llegaría más tarde, sin darle tantas explicaciones del inesperado cambio de planes; solo recalcó que está bien y que pedirá un taxi.

Hubiera preferido quedarse en la calle antes que llegar al hotel en donde se estaba hospedando MinGyu. No siente la aprensión que cree obligatoriamente sentir para darse credibilidad a sí mismo de su inquietud, pero era mejor no transmitir ningún sentimiento sospechoso. Para su bendición la recepción no lo reconoce y entra inadvertido al elevador. Llegan al cuarto piso y el chófer va a la izquierda, mientras que Hansol, mirando a SeungKwan, avanza a la derecha.

A SeungKwan le da gusto saber que el piso de MinGyu es otro y que, probablemente, esté con HyunSik teniendo sexo; tal vez ellos encontraron algo en el otro que no han descubierto en él y eso se traduce a una gratificante alegría.

Luego de sacar la llave, Hansol gira el picaportes de la habitación y hace pasar a SeungKwan, no sin antes hacerse a un lado de forma casi ceremonial. El cuarto era más grande e incluía una terraza cercada, con adornos primaverales alrededor, una mesa de vidrio pequeña para dejar solamente lo servido y dos sillas. Para pasar había que deslizar una enorme corrediza, pero antes había que correr las cortinas anaranjadas. También había una televisión de plasma puesta en la pared, una cama de dos plazas con su juego de frazadas melocotón, similar al tono de las paredes, y un pequeño refrigerador al lado de uno de los pocos muebles. Hansol saca un sacacorchos del cajón al lado de la cama, dos copas de otro mueble colgante y abre la terraza, haciendo salir a SeungKwan primero. Cuelga su abrigo en la silla. Ambos se sientan, Hansol sirve el vino.

—Gracias —le dijo suavemente SeungKwan.

—No hay qué agradecer.

No brindaron, fueron al primer sorbo sin pensarlo mucho.

—Tal vez no hayas querido verme —dijo Hansol acomodándose en la silla—, pero este tipo de decisiones no siempre están en mis manos.

—¿Cómo es eso de que estás acá por tu agencia?

—Oh, veo que no soy para nada conocido acá, y eso me agrada. —sonríe por un tibio momento de confianza—. Soy un modelo juvenil en Estados Unidos y tengo algo de fama en esos lados.

—¿Realmente ya eres un modelo?

—Sí. Debuté en una revista de ropa y ahí comenzó todo. Hace poco estuve en una junta con otros agentes para reclutar nuevos descubrimientos y hacerlos desfilar para diseñadores populares.

—¡Vaya! —exclamó honestamente—. Si eso es cierto, quiere decir que estás acá por algún trabajo.

—Sí, tienes razón. Lo malo es que no sé con quién voy a trabajar. Me han dicho que es una celebridad acá, pero para nada conocida allá, en Estados Unidos.

—¿Por qué no he sabido nada de eso? —mira sus pies, los hace chocar, una tristeza le colma la voz—. ¿Por qué...? ¿Por qué no te comunicaste conmigo en todo este tiempo?

—Pensé —dijo titubeando— que no querías saber nada de mí. Tú tampoco te has comunicado conmigo. —lo miró cuando SeungKwan lo estaba mirando—. Mi mamá, cuando llegué hace unos días, me dijo que nunca más te comunicaste con ella ni con mi papá. Supuse que… no te importaba.

—Pero a mí tampoco me ha llegado algún saludo de tu parte.

—Solo pensé que... ya no me querías. —su manifiesto los dejó mudos por un rato.

Mientras se veían, se ignoraban al mismo tiempo. Una forma eficiente de escatimar conversaciones susceptibles al desconsuelo era aceptar la culpa y darse cuenta de su presente tan calculado, con ese remordimiento que el cariño y la felicidad no pueden ostentar para ser legítimas; o esa es la salida de SeungKwan para ahorrar lo que sea necesario. Desconoce si en Hansol se explica algún motivo de culpa para consigo mismo, pero puede afirmar que sí, ya que, no importa cuánto tiempo transcurra, se trata de Hansol y, aunque ya no se pueden considerar amigos, no debe molestarse y hacerse el ciego y sordo ante todas sus fortalezas como persona, comenzando por su sencillez e incapacidad de pensar negativamente en alguien sin algún motivo que lo dañe notoriamente.

I've Always Loved U • VerkwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora