Hansol ya tenía los utensilios, y les pidió a sus dos compañeros que se encargaran de lo visual. Mientras él bajaba para organizar la cena para los tres, los otros dos, otra vez, se quedaron solos, esta vez, ambos sentados en el suelo.
Rara vez apartaban sus vistas del papel, en especial SeungKwan, quien hacía lo preciso para ocuparse de algo más productivo que mirar a Kim MinGyu. En uno de esos extraños puntos, ambos tocan sus manos por el mismo objetivo, pero MinGyu le cedió primero el pegamento en barra. Entre amabilidad y otra, SeungKwan guerreó para aplastar las púas del encantamiento por un solo gesto.
Al cabo de un rato que voló como una gaviota, ya tenían casi todo avanzado, pero, mientras SeungKwan decidía en qué lugar iría la última imagen que le quedaba, una poderosa magia lo desconcentraba. Lentamente, dirigió sus pupilas a su lado, encontrando a las de MinGyu, aunque no lo miraba exactamente a los ojos.
—SeungKwan —dijo para borrar cualquier incómodo inicio—, ¿cómo puedes tener tu cabello tan... liso y suave?
—¿Qué? —impidiendo su movimiento habitual—. ¿Qué preguntas?
—Tu cabello es lindo.
—¿Lindo? —giró su cuello noventa grados con una sorpresiva mirada.
—Sí… ¿Cómo puedes tenerlo así?
—No sé de qué estás hablando —respondió rápidamente, nervioso, retomando lo que estaba haciendo.
—SeungKwan, no seas tan frío. Estoy diciendo la verdad.
—S-Si fuese verdad, no serías la primera persona que me lo dice —dijo mientras pegaba la última imagen que le quedaba.
—¿En serio soy el…?
—Sí, lo eres.
—¿Estás molesto?
—No, no, para nada… ¿Quieres bajar? —se levantó tan descuidadamente que estuvo a nada de caerse de espaldas.
—¡Cuidado!
MinGyu, imitando a un policía en una situación de riesgo, se levanta tan rápido como un cometa y tan estabilidad como un atleta, a tiempo para estirar sus brazos y sostener a SeungKwan, dejándolo inclinado ante sus ojos a la probable víctima de un fuerte golpe contra la silla.
Como en escenas en apuros de comedias románticas, SeungKwan abre los ojos y se impacta al extremo de refrenar sus signos vitales, mientras MinGyu suspiraba de los nervios en su endurecido rostro. La fiebre del amor se manifiesta hasta las orejas, mientras que a MinGyu poco se le nota el cansancio, aunque estaba ligeramente quemado por la velocidad. «¿Estás bien?» fue la pregunta, aunque MinGyu ya debería haber dejado a SeungKwan por su propia cuenta, y no lo hacía. Fue demasiado para alguien que solo requería ver ese rostro para alimentar su hambrienta necesidad de tenerlo.
—¡De-Déjame! —gritó a la defensiva tras pisar correctamente para pararse por su propia cuenta.
—Oh, disculpa… ¿Demoré mucho en…?
—¡Sí! ¿Crees que soy un niño pequeño?
—Descuida, no fue mi intención hacerte sentir así… Solo quería ayudarte.
—Ya lo hiciste, y gracias —agradece molesto—. Vayamos abajo, seguramente Hansol tiene todo listo.
…
Durante los siguientes días, incluso cuando tuvieron que exponer el trabajo —el mejor calificado de la clase—, SeungKwan se reprochaba a sí mismo por su estúpida acrobacia para ocultar lo agitado que le ponía MinGyu su alma. No era de sabios saber que la agresividad solo da un pésimo pronóstico para algún futuro, pero SeungKwan no lo pensó antes, y pasó de sabio a bruto; pero un bruto enamorado que seguía perdiendo el foco de cualquier cosa, siempre y cuando MinGyu estaba al alcance.
ESTÁS LEYENDO
I've Always Loved U • Verkwan
FanfictionPareciera que la vida siempre contradice sus objetivos, sus deseos, y que las pasiones las ha de mantener en secreto. La inseguridad en sí mismo lo ha llevado a cruzar ciertos extremos que detiene a tiempo, pero no logra sostener sus penas por mucho...