treinta y nueve:

30 6 0
                                    

Gracias a MinGyu, SeungKwan llega a casa cada viernes a las diez y media, a pisar el tapete, esperado por sus padres en la sala. Ninguno de los dos le dice a su hijo que debe detenerse y que su obligación es enfocarse en estudiar, destacar en la universidad que sea, aunque no sea la preferida. Pero el trabajo los aparta de sus obligaciones morales, no pueden saltarse su adolescencia, el final de la adolescencia, su sufrimiento, su libertad. No pueden recluirlo.

Cada viernes, a las seis de la tarde, SeungKwan sube al auto del padre de MinGyu y se sienta junto a su novio, sin beso ni sonrisa. Ambos se aguantan hasta llegar a la casa prestada y se meten a una habitación vacía para desistir en la idea de dejar al otro, ya sea por su actitud o su distanciamiento. Cada viernes era una habitación al azar, oscura, solos. MinGyu es fanático del cuerpo de SeungKwan y se lo afirma al mínimo contacto. SeungKwan se enloquece con todas las atenciones de MinGyu.

En casa de SeokMin ambos son invitados. SeokMin ya no tiene contacto con Jeonghan, porque este fue llevado a otra ciudad para estudiar, a Daegu, a la universidad, a vivir con sus tíos. Mientras tanto, Chan asiste, pero no está cerca de SeokMin en ningún momento. Era verlos en una contienda disfrazada de amistad, porque después del saludo no hay conversación.

SeokMin fue aceptado por uno de los grupos de fútbol más importantes del país, independiente de cualquier equipo, de esos que ponen en las subastas a sus alumnos para los grandes Pohang Steelers y Seongnam. MinGyu está indeciso; también lo han llamado, pero está distraído. Se distrae fácilmente cuando SeungKwan lo masturba y lo besa en la habitación de SeokMin. MinGyu no tiene prisa porque aseguró la puerta, y llevó un condón, y SeungKwan es más dócil que de costumbre. Adquiere un amor por el pene de MinGyu: lo besa, lo lame, es lento, es dedicado.

La alfombra de la sala parece estar blindada, de un yute de alta gama, imposible de traspasar o dañar significativamente. Hay personas sentadas jugando a trivias absurdas, otras parejas besándose y muy pocos bailando las típicas canciones que SeokMin pondría en el salón en algún parlante adelantado para los demás, porque él tiene dinero. MinGyu y SeungKwan se quedan a bailar, a tomar un trago de refresco mezclado con cerveza. A SeungKwan no le ha apestado la boca cuando la toma ni pasa de las porciones recomendadas por su sistema.

Chan está sentado en uno de los sillones, charlando con una muchacha encantadora a los ojos de todos. La chica lleva extensiones, es notorio a los ojos de SeungKwan que ha visto demasiadas películas y reconoce cuando una peluca se hace pasar por lo natural. Ella presume su falda hasta los muslos y sus medias rosadas. Le gusta que le toquen el hombro, sonríe mucho cuando lo hacen. Chan es el primero en toda la fiesta en acariciarla después del codo y en tomarla de la mano.

—Parece que se gustan —le susurró MinGyu a SeungKwan. Lo hacer ver en esa dirección.

—¿Quién es ella? —está ligeramente mareado.

—Nunca la he visto, pero parece ser una chica de último año, de este año. Lo deduzco porque SeokMin se juntaba con ella de vez en cuando.

—¿Dices que le gusta Chan?

—Sí, es obvio.

Chan se levanta y la chica lo lleva al fondo de la sala. En su traslado ve a SeungKwan y lo saluda con un agotado rostro, una cara desteñida de rubor, pero saturada por una fiebre irreconocible, nervios tal vez.

La fiesta es un asco, y SeungKwan le pide a MinGyu jamás traerlo a casa de SeokMin otra vez, que si la fiesta siguiente era ahí que no iría. Sin embargo, bebió mucho y la soda no contrarrestó el efecto, y es tan consciente de eso que sale al patio y mira el resto del vecindario de ricachones. A SeungKwan le impresiona que la policía no haya ido, siendo casi las diez, con todas las luces del resto de casas apagadas. Las casas eran iguales, repeticiones de la primera: blancas, un jardín podado, pequeñas estatuillas en la entrada, una chimenea de cuento y dueños ricos con un Mitsubishi como medio de transporte.

I've Always Loved U • VerkwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora