treinta y cinco:

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Milagrosamente, los últimos exámenes del semestre le regalan una propulsión de confianza a SeungKwan, tras haberlos aprobado con las calificaciones más altas. Hansol no podía decir lo mismo, pero lo importante era aprobar y sobresalir en algo, y él lo logró en historia. Pero Hansol tenía sus motivos para justificar la falta de estudio que se ha impuesto en sus horarios, y es debido a que las prácticas de fútbol estaban en su punto cúlmine y el inicio de las estatales a pocos días.

SeungKwan y Hansol no platican mucho acerca de eso, pero sí SeungKwan y MinGyu. El último viernes de práctica estaba por iniciar, pero como era rutinario en la pareja, se reúnen por unos minutos en las duchas.

—¿Vendrás al partido? —le dijo quien lo mira desde arriba, abrazando al otro, de vez en cuando agarrando su trasero

—Tengo que ir. Hansol ya me pidió que fuera hace unos días, y le prometí estar ahí.

—Pero, me imagino, vas a ir por mí, porque soy tu novio. —estira sus labios para alcanzar un beso que no llega a los labios, pero sí de camino por el aire.

—Iré por los dos. —sonríe con ternura y se para de puntas para besarlo en su mejilla.

—Y cuando ganemos iremos a celebrar a casa de SeokMin. Puedes ir si quieres.

—¿De SeokMin?

—Él también está en el equipo, solo que es el favorito del entrenador. —le da una pasada de caricias en su espalda cuando comprende la discreta transición de ánimo de su novio—. Prometo que él no se portará mal contigo. Él y los demás entienden que de su comportamiento dependerá sus buenas recomendaciones.

—¿Crees que sea una buena idea que vaya con ustedes? No creo que quienes estén fuera del equipo estén invitados.

—SeokMin es buena onda con todos... Y, si te da tranquilidad, ya no se junta tan seguido ni con Jeonghan ni con Chan.

—¿Por qué?

—Yo no sé lo que ocurre entre ellos, pero parece que desde que los descubrieron se han estado cuidando demasiado.

—¿Crees que no me volverán a molestar?

—De no ser así, te defenderé, y SeokMin no va a querer exponerse a eso. Yo le agrado demasiado y, sin presumir, le ganaría fácilmente en una pelea.

—No insinues una pelea. No quiero verte golpeado por mi culpa.

—Eres tan lindo cuando te preocupas.

—Ay. —su rubor se intensifica.

—¿Qué te parece si vienes a mi casa... —arrastra sus manos hasta las carteras traseras del pantalón—... el lunes, después de clases? Y así me ayudas a estudiar. —aprieta las nalgas y clava sus uñas—. Dos semanas sin mi postre, y no estoy de buen humor cuando no disfruto de mi postre.

—¿El partido no es el martes? —gime después cuando los dedos de MinGyu cavan su pantalón en vano—. Se supone que deberías estar entrenando.

—El entrenador nos da un día de descanso antes de los partidos. —lo nalguea con ambas manos—. ¡Oh, qué rico se escuchó!

—MinGyu, calma, por favor. —golpea su hombro con bastante relajación—. Tienes que aprender a controlar tus impulsos.

—Oh, mi amor, cuando alguien sabe que es el novio de Boo SeungKwan, controlarse es una responsabilidad que decide evadir. —toma una de sus manos y la deja deslizarse por su tren inferior, deteniéndose en el abdomen bajo—. Si no tienes ganas de arrodillarte y ayudarme a calmarme, no lo hagas. Pero te advierto que... Oh... —suspira sumamente relajado cuando la mano de SeungKwan marca el contorno de su pene sobre el shorts—. Eres un goloso.

I've Always Loved U • VerkwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora