En su sentido de afecto quería buscar a Chan y pasar un rato con él para agradecerle por las vacaciones, pero su otra mitad, lo indomable de sus pensamientos, quería irse de ahí y esperarlo en su departamento para charlar. ¿Para qué quedarse? Estar encerrado en su habitación de hotel no era un panorama interesante, por más merecidas que fueran las vacaciones. El snowboarding luce divertido, juzgando por los niños que lo intentan y se ríen al caer y rodar colina abajo.
Los tíos Choi lo habían llamado hace una hora para encontrarse en el salón del almuerzo a las dos, y ya eran casi las dos. Se abrigó un poco y se miró en el espejo del baño de su cuarto para asegurarse de no parecer desaliñado como una ensalada de espinacas apenas remojadas en agua. Sin embargo, tampoco se arregló como se supone que debería, ya que no había un motivo poderoso para hacerlo. Solo era un almuerzo y ya. ¿Para qué arreglarse por varios minutos? Ya no necesita de la atenta mirada de nadie más.
Los señores Chwe, los Choi y sus hijos ocupaban tres asientos de cada lado de una mesa rectangular creada a base de dos mesas. Una única silla desocupada está ubicada en una arista. SeungKwan se sienta ahí y Matt, quien estaba a su lado derecho, le presta la carta para que se decida; se decide por el menú más simple y barato, sin postre. Para no llamar a las dudas, solo dijo que no tenía mucho apetito.
La señora Choi anuncia la llegada de un mesero, pero las expresiones familiares de todos no tenían lógica para SeungKwan. Se volteó para extenderlo todo, y lo entendió todo.
—¿Ya se decidieron? —preguntó Chan con un pequeño cuaderno y un lápiz en sus manos, uniformado y peinado. Miró a SeungKwan y le sonrió y repitió ese gesto con todos en la mesa.
—¡No me digas que estás trabajando acá! —dijo SeungCheol con asombro.
—Dos semanas y una buena paga. Además en este lugar me siento como de la realeza.
—Mamá —dijo Matt—, ¿te gustaría verme trabajando por acá?
—No sueñes, que aún estás trabajando allá en Estados Unidos para postular a una buena universidad. Mudarte acá no sería la mejor idea.
Como era casi ritualístico de su personalidad, SeungKwan, al acabar su almuerzo y dejando su parte de la cuenta, va al baño, siempre con la intención de desaturdir su humor. El agua en su cara disgrega su día del miedo a que alguna catástrofe se sienta atado a él. También, siguiendo con el rito, Chan pasa al baño solo para estar a su lado y verlo. Como ya estaba previsto, los ojos de Chan rebosan mucha ternura y los de SeungKwan pura compasión.
—Te ves muy bien así —le dijo Chan mientras se acerca para jugar con su cabello—. Me extraña que no te hayas arreglado un poco.
—Tengo flojera.
—¿Cómo te ha parecido todo? ¿Has salido a jugar con la nieve o a pasear un rato por el barrio?
—No he tenido ánimos de salir, pero tal vez lo haga más tarde.
—Me gustaría acompañarte y ocultarnos en algún lugar, ya sabes.
—Pero no puedes porque debes trabajar.
—¿Por qué me lo tienes que recordar? ¿No entiendes lo mal que la paso cada vez que me acuerdo de que estás aquí pero no puedo pasar los días contigo?
—Chan, sé paciente, por favor. Ahora debo salir de acá y veré qué puedo hacer para divertirme, ¿sí? Tú sigue trabajando.
Se animó a salir. Fue más arrebozado en caminar un rato por el barrio que bordeaba las atracciones principales como pequeñas murallas con casas, pero rentadas. Por un tema de formación básica saludaba con una sonrisa a quienes se cruzaban, que no eran muchas, ya que los saunas y el snowboarding eran infinitamente más demandados. Pero esa soledad era necesaria. Cuando pensó en ir a su derecha, de donde regresaba mucha gente, vio la razón de la tal llamativa acción. Unos guardias de seguridad tenían cubierta esa zona. «¡Estoy segura que vi a Kim MinGyu ahí!», «¿El futbolista?», «¡Ese mismo! Dios mío, no sabes lo mucho que me gusta». El dúo de chicas henchidas de rubor lo motivó a acercarse hasta el límite, pero el guardia lo detuvo.
ESTÁS LEYENDO
I've Always Loved U • Verkwan
FanficPareciera que la vida siempre contradice sus objetivos, sus deseos, y que las pasiones las ha de mantener en secreto. La inseguridad en sí mismo lo ha llevado a cruzar ciertos extremos que detiene a tiempo, pero no logra sostener sus penas por mucho...