sesenta y cinco: ✓

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Hansol ha estado viviendo en el mismo departamento que quedaba cerca de los estudios, de las oficinas de la agencia. Su trabajo le ha dado noches sin descanso, pero que le ha fundado una fanaticada que compra todo lo que tenga su cara. Gracias a eso tiene mucho dinero ahorrado que no suele gastar en ningún vicio o pasatiempo.

A veces tenía que posar usando ropa deportiva para rodar comerciales dirigidos por gente perfeccionista a más no poder, y en otras ocasiones era catálogo de Calvin Klein. Le pedían subirse un poco el bóxer para enfocar el elástico que a veces debía estirar hacía los costados y así dejar un poco más a la imaginación. Sabía que más de una asistente deseaba que la sesión fuera únicamente con ropa interior y eso, sumado a que no estaba tan feliz con su cuerpo delgado, lo incomodaban.

Hace cuatro meses ha sacado un poco de sus ahorros del banco y ha puesto su departamento en renta, y rápidamente las ofertas le llegaron, aceptando la de una madre soltera, no cobrándole mucho. También conoció a un amable viejo de setenta años que estaba poniendo en renta su casita en el campo, cerca de unas protuberancias pastosas y senderos aptos solo para burros, caballos y carretas. Tuvo que comprar dos bicicletas con canastos pegados a los manubrios, ya que la distancia entre los pueblos que conectaban con California no era imposible de terminar pedaleando. También compró ropa de segunda mano y aprendió a coser debido a la necesidad, ya que era muy quisquilloso con algunas etiquetas que quitaba con fuerza de las camisetas y pantalones, y eso creaba aberturas por las que el viento entraba.

Antes de esos negocios, se compró un tocadiscos y comenzó a coleccionar desde Ella Fitzgerald hasta James Taylor, y pedía por envíos tardíos y lejanos vinilos de Alain Bashung o Laura Pausini, según él porque los había descubierto en YouTube y le llamaron la atención. Pensó que nunca los iba a disfrutar en plenitud debido a sus horarios, pero eso era antes de haber pedido la clausura y ganar la demanda por explotación e incumplimiento de este al no respetar descansos por más de cuatro años.

Es primavera y se siente como un niño en vacaciones escolares. Sentirse tan despreocupado y absuelto le causa riñas consigo mismo al verse en las revistas con ropa que, en definitiva, nunca se pondría para salir a la calle. ¡Pero vaya que el dinero todo lo pudo persuadir!

Su vida ya no le parece pronosticable ni  soporífera. La buena fama que ha sembrado, tanto en lo comercial como en lo humanitario, lo hace un perfil soñado para muchas marcas que le envían correos con muchos dígitos, pero ha rechazado a todas de la forma más cortés y honesta, hasta ahora, ya que no piensa en dejar su trabajo del todo. Hay que añadir que nadie sabe su situación actual y por eso Hansol no sale mucho de su nuevo hogar, en donde ha barnizado las paredes e hizo un pequeño gimnasio con unas pesas y bandas elásticas.

Cambió a Ella Fitzgerald por Nina Simone y regresó para abrazar de la cintura a su consuelo, el que pone la sonrisa en su boca y le ruboriza hasta sus rodillas opalinas. Ambos usan jardineras de mezclillas de tallas más grandes, lo mismo con las poleras. Hansol está usando un sombrero de paja endeble de ala ancha, mientras SeungKwan, quien se aferra desde en la nuca y se levanta de puntas en repetidas ocasiones para acariciar su nariz con la de Hansol, usa uno de tamaño reducido, con una copa oval y un listón rojo amarrado. Debido a los gorros, besarse requiere ángulos exactos y algo incómodos; por eso no quieren soltarse ni se han separado del otro desde hace una hora. Han estado revoloteando como una flor.

SeungKwan ha conocido el mejor reposo de su vida en el pecho de Hansol, escuchando su corazón y esperando que la respiración le caiga en su cara. Debido al sombrero solo percibe el viril movimiento de este. Eso le desespera ya que quiere que todo eso termine en su rostro. Por eso despega su mejilla del pecho para apoyar su mentón. Lo que Hansol observa no puede ser más encantador; le aprieta una de sus mejillas y le baja el sombrero para dejar de verlo. SeungKwan lo sube, pero Hansol siempre lo termina bajando. Solo hace enfadar a SeungKwan, a que se quite el sombrero y lo deje en el único sillón de la casa.

I've Always Loved U • VerkwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora