En las idílicas costas paradisíacas, Lexa disfrutaba de una vida perfecta con su familia. Sin embargo, el ataque de un tiburón cambia su existencia para siempre, llevándose la vida de su padre. Lexa se debate entre el dolor y la esperanza, encontra...
Me desperté con dolor de cabeza y el recuerdo de una noche infernal en el sofá. Los gemidos de Raven y Octavia habían resonado por toda la casa, perturbando mi ya inquieta mente. Además, la charla con Lexa sobre Nylah, no ayudaba en absoluto. ¿Era verdad lo que me habían dicho? ¿Me estaba engañando de nuevo?
Traté de despejar mi mente y me preparé un café, pero mis pensamientos seguían atormentándome. Finalmente decidí llamar a Nylah, que contestó, aunque su voz revelaba cansancio.
Nylah-Hola, amor -dijo ella con dulzura.
Clarke-Hola -respondí en tono seco-.
Nylah-¿Estás bien? -preguntó ella.
Clarke-Nylah, por favor, necesito que me digas la verdad -le pedí con un nudo en la garganta-. ¿Saliste anoche?
Nylah-¿Anoche? No, mi vida. Anoche estuve en casa, me sentía algo mal -respondió Nylah con preocupación.
Clarke-Nylah, me dijeron que saliste de fiesta anoche y te liaste con una chica -informé, tratando de no sonar acusadora.
Nylah-¿Quién te dijo eso? Clarke, te juro que nunca te engañaría de nuevo-respondió Nylah con tristeza.
Clarke-Fue Lexa. Raven te vio allí -le informé, con un tono nervioso.
Nylah-Mi amor, prometo que no he hecho nada malo. De hecho, tengo una sorpresa para ti. Prepara un bikini y una toalla.. iré a buscarte más tarde -propuso Nylah.
Clarke-De acuerdo.. nos vemos luego -dije, colgando el teléfono sintiéndome un poco más aliviada.
Preparé rápidamente mi mochilacon la esperanza de que la sorpresa de Nylah nos ayudara a poner las cosas en claro.
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A pesar de todo, mis dudas seguían latentes y me temblaba el pulso al pensar en lo que podría pasar. ¿Sería capaz de hacerlo funcionar con Nylah después de tantas decepciones?
Me encontraba en la cocina, bebiendo un poco de agua a la espera de que Nylah me recogiese, cuando de repente apareció Lexa. Sentía mucha rabia hacia ella por lo que me había dicho de Nylah, pero también tenía mis dudas. Prefería pensar que no era cierto. Sin embargo, cuando me encontré con su mirada cansada, mi rabia se desvaneció. No pude evitar preocuparme por ella, ¿había estado llorando?
Clarke- Hola - saludé de forma seca.
Lexa respondió con un tono de voz igualmente bajo y se apartó rápidamente. Sentí una punzada de tristeza en mi corazón mientras ella se retiraba a su habitación.
Pero, la situación cambió una vez que abrí la puerta y vi a Nylah. Su sonrisa perfecta no logró ocultar la extraña sensación que me invadió al estar a su lado.
Nylah- Hola preciosa - dijo ella extendiendo su mano.
Clarke- Hola Nylah - respondí con una sonrisa falsa.
