31 Devorarte.

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Octavia

Sus labios ardientes exploraban mi vientre mientras su mano se adentraba entre mis piernas. Yo me encontraba de pie frente a ella, observando cómo estaba sentada en la cama. Cada una de sus caricias despertaba en mí una inmensa excitación, haciendo que mis piernas temblaran de deseo. Ella personificaba el erotismo en su máxima expresión. Cada movimiento, cada mirada, todo me encendía de forma exagerada. Sus dedos hábiles se movían entre mis pliegues, sumergiéndose en mi húmeda pasión. Cerré los ojos y dejé escapar un suspiro extasiado al sentir cómo mordía suavemente mi cadera, sus susurros recorriendo mi piel erizada.

Sin poder contenerme, sujeté su cabello y comencé a acariciar sus mechones mientras sus dedos desataban un torbellino de placer en mi sexo. Sentía una necesidad abrumadora, una desesperación total por ella. La tensión en mi centro se volvía insoportable, y ella lo sabía. Conocía perfectamente cómo jugar conmigo. Mientras tanto, su mano libre ascendió por mi torso, acariciando el camino hasta llegar a uno de mis pechos, que apretó con ansias. Un gemido de pura entrega escapó de mis labios, mientras ella exhalaba raudos suspiros sobre mi vientre.

Raven - Abre las piernas, preciosa. - susurró con voz ronca, mientras deslizaba su lengua por el hueso de mi cadera.

El deseo me inundó y me sentí incapaz de resistir. Tiré un poco de su pelo, mezclando dolor y placer, mientras obedecía sus deseos separando aún más mis piernas.

Octavia - Me enloqueces.... - confesé, dejando escapar un suspiro entrecortado.

Sus ojos brillaron con una chispa de intensidad cuando llevó sus dedos hacia mi entrada, acariciando suavemente los contornos.

Raven - Eso es precisamente lo que quiero. - murmuró, con una nota de lujuria en su voz, mientras introducía lentamente un dedo dentro de mí.

Un suspiro escapó de mis labios, mi cuerpo respondiendo con avidez a su toque. Sus embestidas se hicieron más audaces, y mi excitación creció con cada segundo que pasaba.

Octavia - Raven... - susurré su nombre, casi como una súplica.

Sus ojos se encontraron con los míos, intensos y llenos de deseo. Sabía que estaba a punto de llevarme al límite.

Raven - Quiero que te retuerzas sobre mí. - confesó, jugando con mi entrada mientras introducía un segundo dedo.

Mis gemidos mezclados con su nombre llenaron la habitación, mis manos aferrándose a sus hombros mientras me adentraba en la espiral del placer.

Octavia - No sé qué le haces a mi cuerpo.... - jadeé, incapaz de contener el placer.

Una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro mientras su ritmo se volvía frenético. Sus dedos arqueados dentro de mi, , llevándome al límite.

Raven - Ahora vas a descubrirlo. - susurró, agarrando firmemente mi trasero mientras sus dedos se movían con una velocidad explosiva.

Mis piernas comenzaron a temblar, incapaz de soportar el torrente de placer que recorría mi cuerpo. Me apoyé en sus hombros de nuevo, mirándola con deseo mientras ella me devolvía la mirada con una lujuria incontenible. No sabía qué me excitaba más, si su intensa mirada sobre mí o la forma en que sus manos expertas me acariciaban.

De repente, sin decir una palabra, ella se deslizó hacia abajo, hasta quedar de rodillas en el suelo. Su sonrisa era tan seductora que supe instantáneamente qué vendría a continuación. Mordí mi labio inferior y acaricié uno de mis pechos, provocando una reacción instantánea en ella.

El mar sigue cantando cuando pierde una olaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora