17 y si nos dejamos llevar ?

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CLARKE

La visión de dos cuerpos perfectos, de dos mujeres perfectas era absolutamente excitante. Sus labios se entrelazaron en un frenesí de pasión y desenfreno que prendía fuego a mi cuerpo. Era evidente que mi ojiverde y la latina se conocían sexualmente a la perfección, y no podía evitar sentir una envidia ardiente por esa intimidad.

Mis dedos se deslizaron hacia mi centro como si tuvieran vida propia. Cada toque resonaba en mi cuerpo como un trueno, haciendo que mi cuerpo ardiera como si se tratara de un volcán en erupción. La intensidad de la situación me llevó a gemir roncamente, atrayendo su atención.

Cuando Lexa vio mis manos explorando mi cuerpo, sus ojos se llenaron de lujuria y deseo. Raven comenzó a morderse el labio, y eso sólo aumentó la lujuria que se estaba apoderando de mi cuerpo. Pero entonces la situación se me fue de las manos y la vergüenza se apoderó de mí. Tapé mi rostro con las manos y me puse boca abajo, sintiendo la humillación invadir mi cuerpo.

Clarke-Oh dios mío que vergüenza...-dije contra la almohada.

Raven-¿Qué te pasa, rubia?- susurró Raven mientras acariciaba mi espalda desnuda. Cada toque suyo era como una tormenta, una caricia ardiente mezclada con el aroma del deseo. Me sentía atrapada en su hechizo, incapaz de resistirme.

Clarke-Dios mío, qué vergüenza-, susurré contra la almohada, sintiendo mi cuerpo estremecerse de anticipación. No podía creer que estaba aquí, en esta situación. Pero a medida que comencé a sentir los toques de las dos mujeres, comencé a relajarme.

Lexa-Clarke...No seas tonta, no tienes porqué sentir pudor, somos adultas-, dijo Lexa con una voz tranquilizadora mientras pasaba su mano por mi nuca. Cada vez que su mano rozaba mi piel, mi cuerpo se tensaba de placer.

Clarke-Ya, ya sé que somos adultas, pero...se me está yendo de las manos...joder que me estaba tocando, yo no hago este tipo de cosas-, expliqué, sintiéndome un poco tonta ante ellas.

Raven-Pero lo estabas haciendo-, dijo Raven mientras su mano bajaba por mi culo, apretándolo con fuerza. Gemí ante su toque, y no pude evitar dejarme llevar. -Te puedo asegurar que es lo más jodidamente sexy que he visto en mucho tiempo, rubita-, continuó mientras deslizaba su mano por detrás hasta llegar a mi centro.

Mordí la almohada con fuerza, tratando de contener los gemidos que amenazaban con escaparse de mis labios mientras Raven acariciaba todo mi sexo sin compasión. Cada caricia era como una descarga eléctrica, desatando en mi cuerpo un fuego ardiente y sin control.

Lexa-Joder Clarke, no sabes lo hermosa que eres...- Escuchar las palabras de Lexa me hizo temblar. Su voz era suave pero a la vez intensa, llenando mi mente de fantasías y deseos.

La situación era increíblemente erótica: Raven estaba arrodillada a mis pies, acariciando mis muslos, mi culo y mi sexo con sus manos expertas; mientras Lexa me rozaba los costados y la espalda, besando y lamiendo mi cuello.

Me retorcía sobre la cama, sintiendo cada toque en mi piel como una descarga eléctrica que me llevaba del cielo al infierno y viceversa. La vergüenza había desaparecido hacía rato, sustituida por el placer que me recorría de pies a cabeza.

De repente, todas las caricias se detuvieron y Lexa me susurró al oído.

Lexa-Date la vuelta, Clarke.-

La pasión ardía en el aire, y yo estaba a merced de Lexa y Raven,que parecían bailar al unísono mientras me devoraban con sus ojos llenos de deseo.

Clarke-Chicas, no paréis ahora-, supliqué sin aire, y aunque no estaba segura de si lo que había suplicado era audible, las dos retomaron su seductora danza y yo perdí la noción del tiempo y el espacio.

El mar sigue cantando cuando pierde una olaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora