49 Adiós mama

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RAVEN

Unos gritos aterradores y los ruidos ensordecedores me hicieron saltar de mi sitio. Sin pensarlo dos veces, Octavia y yo corrimos hacia el salón como un rayo. En el pasillo, pude ver manchas rojas salpicadas por todas partes, marcando el camino hacia el comedor. Mi corazón parecía querer escapar de mi pecho, latiendo con una velocidad alarmante. Cuando doblé la esquina del pasillo y entré a la cocina, la inmensidad de la tragedia golpeó mi conciencia con una fuerza devastadora.

Clarke yacía contra el sofá, casi desvanecida en el suelo, mientras Octavia se precipitaba hacia ella con desesperación. Una herida profunda y sangrante marcaba su pierna. Mi mente instantáneamente acusó a Lexa cuando mis ojos se posaron en sus manos manchadas de sangre. El pensamiento de que ella había dañado a Clarke inundó mi cabeza, pero rápidamente deseché esa idea absurda. No, eso simplemente no podía ser posible. Me acerqué presuroso hacia Lexa, dejando atrás la imagen angustiante de Clarke, y al llegar a la isla central de la cocina, mis ojos se encontraron con un horror aún mayor.

El cuerpo sin vida de la madre de Lexa yacía en el suelo junto a ella. Un grito de sorpresa y horror se ahogó en mi garganta, mientras mi cuerpo parecía retroceder por inercia, incapaz de procesar la monstruosidad que se revelaba ante mis ojos. Un suspiro entrecortado escapó de mi boca, mis labios temblando en el intento de tomar aire. El cuerpo de la madre de Lexa estaba cubierto de sangre, un testigo silencioso de algún acto de barbarie. Luché por encontrar palabras, por entender cómo el mundo había descendido a tal caos en tan solo un instante.

Mis ojos se posaron en Lexa, cuya mirada estaba completamente perdida, fijada obsesivamente en sus manos manchadas. Parecía estar en un trance, desconectada de la realidad circundante.

Mis ojos estaban completamente empapados de lágrimas mientras me acercaba despacio a Lexa y me arrodillaba junto a ella, tomando sus mejillas en mis manos

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Mis ojos estaban completamente empapados de lágrimas mientras me acercaba despacio a Lexa y me arrodillaba junto a ella, tomando sus mejillas en mis manos.

Raven -Lexa... oye, cariño, ¿qué ha pasado?-, pregunté con desesperación, sin obtener respuesta de ella. -Lexa, por favor, reacciona-, supliqué.

Lexa -Ella... ella, yo no...-, balbuceó Lexa entre sollozos.

Las lágrimas continuaban cayendo de sus ojos, su labio temblaba ligeramente, sus pupilas estaban dilatadas y sus manos temblaban.

Raven -Oye, tranquila... vamos, Lex, vamos a limpiarte-, dije tratando de contener el sollozo en mi voz.

Tomé a Lexa de los brazos y la llevé al baño. Poco a poco fui quitándole la ropa y la ayudé a entrar en la bañera que ya había llenado previamente. El agua estaba caliente y hacía vapor.

Ella suspiró al sentir el agua sobre su piel. Me arrodillé en el suelo y comencé a limpiar toda la sangre de sus manos, de su rostro, hasta que quedó completamente limpia. Pero ella seguía en estado de shock.

 Pero ella seguía en estado de shock

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El mar sigue cantando cuando pierde una olaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora