19 recuerdos que queman.

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CLARKE

Desde aquella noche no había podido quitarme a Lexa de la cabeza. Había sido un remolino de emociones y sensaciones que no había experimentado nunca antes. Sus ojos verdes eran tan profundos y llenos de vida que me resultaba difícil no perderme en ellos cada vez que me miraba. Era como si pudiera ver su alma a través de ellos. Y sus labios...sus labios eran realmente carnosos, tan dulces que apenas podía contenerme de volverlos a besar en ese mismo instante. 

Pero mi frustración no podía ser mayor al no tener la memoria de su tacto, de su cabello ni de su olor. Me parecía increíble que no pudiera asociar su aroma con ningún aroma conocido que me hiciera recordarla. Lo que sí recordaba era lo mucho que habíamos bebido esa noche. No podía evitar maldecirme por ello. 

Pasaron tres días y tenía la sensación de que el tiempo se había detenido. Casi no las había visto por sus apretados horarios de trabajo y eso solo aumentaba mi ansiedad por estar con Lexa de nuevo. Lo único que podía hacer era volver a esas imágenes en mi cabeza, esas imágenes que me hacían suspirar y sonreír de manera tonta. 

Necesitaba volver a sentir sus labios, su piel suave, su cabello acariciando mi cara. Necesitaba ver el brillo en sus ojos cuando sonriera. Era como si el tiempo se hubiera detenido y solo pudiera pensar en ella. Seguía pensando en cómo había llegado a esa situación, pero a decir verdad no me importaba si significaba tener la oportunidad de sentir sus brazos alrededor de mí de nuevo. 

Octavia y yo habíamos pasado la tarde disfrutando del sol y de un buen chapuzón en la piscina. Me sentía tan libre y relajada bajo el agua, que no quería salir de ella ni un solo momento. Mis dedos ya estaban arrugados, pero mi mente estaba en paz, dejando a un lado todos los problemas que me aquejaban en ese momento.

De repente, mi momento de tranquilidad se vio interrumpido por el sonido del teléfono móvil que tenía en el borde de la piscina. Me apoyé en el bordillo, levantando mi cuerpo ligeramente, para ver quién estaba llamando en ese instante. Era mi padre, lo que me hizo temer lo peor. Cualquier llamada de él era sinónimo de noticias no deseadas envueltas en un halo de expectación.

Me sequé la mano con la toalla y cogí el móvil, tratando de infundir fuerza a mis palabras antes de responder. Al otro lado de la línea oí la voz de mi padre, que resonaba con un tono sereno pero sobrio.   

Cogí el teléfono móvil y lo llevé a mi oído, al otro lado de la línea pude escuchar la voz grave y serena de mi padre. -¿Qué tal todo por allí?"-, preguntó. En seguida supe lo que vendría después.

Clarke- hola papá...bien, estoy bien- contesté sabiendo que a continuación me echaría la charla como siempre.

Jake-Bueno...tu madre te echa de menos y creo que ya va siendo hora de que vuelvas, ¿o piensas vaguear más?-dijo con un tono de reproche. 

Clarke-Dios Jake, deja de sermonearme, no estoy vagueando, sabes perfectamente por qué me vine aquí...necesitaba espacio y tiempo.- le dije, tratando de mantener la calma.

Jake-Tonterías, siempre son tonterías Clarke.- se quejó mi padre. Y de repente, mi paciencia se agotó. 

clarke-¿Te parece una tontería lo que me hizo Nylah?- pregunté.

Jake-Fue un error sin importancia Clarke, ya te pidió perdón en su momento. Eres una exagerada.- dijo mi padre de forma habitual, como siempre minimizando mis problemas. Empecé a sentirme molesta.

Clarke-Mira....no pensaba contártelo, e imagino que ella no te ha dicho nada, pero...vino aquí a verme, se disculpó, me soltó todo ese rollo de que me quería y que necesitaba estar conmigo, y yo como una estúpida confié en ella dándole una segunda oportunidad, y sabes lo que me hizo?no solo me puso en peligro, llevándome a una isla infestada de tiburones sabiendo que estaba prohibido...si no que se folló a otra, papá, y se enrolló con esa misma chica en la misma discoteca en la que estábamos todas...- 

El mar sigue cantando cuando pierde una olaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora