46 Malas noticias.

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Raven

Ahora me encontraba tumbada en la cama, habíamos estado varias horas intentando llamar a la policía, pero la línea no iba. Todo era tan extraño, nada tenía lógica.

Miré hacia mi lado y vi a Octavia profundamente dormida. Agradecí que estuviera así, porque al recordar todo lo que había pasado, comencé a llorar. Pensar en ellos, Jasper y Lincoln, me inundaba de dolor.

¿Qué habría sido de ellos? Lincoln no parecía herido, pero Jasper... dudaba mucho que siguiera con vida. Tal vez, en medio de la euforia del momento, tuvo fuerzas para levantarse en esas condiciones, pero después de tantas horas, su cuerpo seguramente yacía tirado en algún rincón del estudio. Solo de pensarlo, una tristeza profunda se apoderaba de mí.

Me levanté de la cama con cuidado para no despertar a Octavia. Necesitaba estar a solas, así que fui hasta la cocina y me senté en la mesa. De repente, todos los recuerdos de todos estos años comenzaron a golpear mi mente con intensidad. Jasper, era un niño tan bueno, y Lincoln, mi mejor amigo...

No pude evitarlo. Las lágrimas brotaron de mis ojos como un torrente desbocado. Mis pensamientos se llenaron de imágenes vívidas de los momentos compartidos, de risas y complicidad. Ahora se me hacía insoportable pensar que esos momentos podrían haber sido los últimos.

El dolor y la angustia se apoderaron de mí. Mi cuerpo temblaba y mi corazón se sentía destrozado. La incertidumbre de no saber qué había sido de ellos me consumía. Quería desesperadamente creer que estaban bien, que estaban a salvo en algún lugar, pero la realidad me azotaba cruelmente.

Me aferré a la mesa, como si buscara sostén en medio de la tormenta emocional que me encontraba. Mis sollozos llenaron el silencio de la casa, como una melodía triste que solo yo podía escuchar. Las lágrimas empapaban mi rostro, desahogando la mezcla de dolor, miedo y desesperación que habitaba en mi interior.

Después de un rato, cuando mis sollozos se mezclaron con suspiros agotados, tomé una profunda bocanada de aire. Traté de calmar mi tormento interior.

Me levanté despacio, aun sintiéndome mareada por tanto llorar

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Me levanté despacio, aun sintiéndome mareada por tanto llorar. Me dirigí hacia la encimera y decidí hacerme una infusión para tratar de relajar mi cuerpo y mente. Mientras esperaba a que se infusionara, mis pensamientos seguían girando en círculos. Todo era tan extraño... ¿qué era lo que tenían? ¿Qué clase de enfermedad era esa? joder, Lincoln parecía poseído, sus ojos... No podía sacar de mi mente aquella mirada, aquellos ojos penetrantes. ¿Sería que la infección en su brazo había causado eso? Las preguntas inundaban mi mente y la frustración me embargaba profundamente.

Tomé un vaso y serví el agua caliente, agregando el sobrecito de la infusión. Esperé pacientemente mientras el aroma reconfortante se mezclaba con el ambiente cargado de emociones. Mi corazón estaba hecho pedazos, me costaba incluso respirar. El simple pensamiento de todas las cosas que podrían haber ocurrido me estremecía hasta lo más profundo de mi ser. Octavia podría haber resultado herida, al igual que Jasper, o incluso Lexa. Todo daba vueltas en mi cabeza, deseaba despertar de esta maldita pesadilla en la que me encontraba.

El mar sigue cantando cuando pierde una olaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora