20 no me tientes.

156 18 1
                                    

OCTAVIA

Mi corazón latía desbocado mientras mi mente se llenaba de pensamientos ansiosos. Sabía que hablar con Raven era inevitable, que solo ella podría ayudarme con las compras para los adorables cachorros. Pero también sabía que su mera presencia tenía un poder sobre mí, una atracción magnética que me asustaba y, al mismo tiempo, me fascinaba.

Con cada latido acelerado, me imaginaba su aroma embriagador, ese olor irresistible que me volvía loca. Era una mezcla única de misterio y seducción, una fragancia que me envolvía y me hacía temblar de deseo temeroso. Pero aunque me asustaba, no podía negar el magnetismo que emanaba de ella.

Tomando una bocanada de aire, decidí armarme de valor y le envié la foto a su WhatsApp. Mi pulso se aceleró aún más mientras esperaba una respuesta, pero el silencio fue ensordecedor. Mis manos comenzaron a sudar y sentí un nudo en el estómago. ¿Y si no le importaba? ¿Y si simplemente ignoraba mi mensaje?

La ansiedad me envolvía como una tormenta, creando pensamientos negativos en mi cabeza. Pero, en el fondo, sabía que no podía dejar que el miedo me paralizara. Si realmente quería la ayuda de Raven, tenía que confrontar mis temores y esperar el veredicto.

Minutos interminables pasaron hasta que finalmente su respuesta llegó. Mi corazón latía tan rápido que podía sentirlo palpitando en mi garganta, mientras mis manos temblorosas abrían el mensaje con cuidado. Y ahí estaba, una respuesta de Raven.

Sentí que mi corazón latía con fuerza en mi pecho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sentí que mi corazón latía con fuerza en mi pecho. No podía creer que Raven me había confirmado que vendría conmigo. ¿Cómo iba a aguantar más de una hora a su lado? Cada vez que me tocaba o me miraba con esos ojos hipnóticos, sentía que todo se nublaba.

Finalmente, Raven llegó al salón y mi corazón casi se salió por mi boca. -¿Nos vamos?-, dije con una sonrisa tímida. 

Raven-Con esa sonrisa yo voy donde tú quieras, preciosa-, respondió élla con su voz grave y seductora.

Octavia-No me seas pelota...- dije, tratando de parecer indiferente.

Raven-Sería pelota si quisiera algo de ti, que... bueno, quién sabe si lo quiero-, dijo Raven mirándome intensamente. En ese momento, mi garganta se secó, no sabía si reír, llorar o simplemente salir corriendo.

Octavia-Venga, vámonos anda...-, dije apresuradamente, tratando de esconder mi nerviosismo. Nos dirigimos a la salida, y una vez fuera, no pude evitar pensar en lo cerca que estaba de él y lo difícil que iba a ser mantener mi compostura.

Llegamos a la tienda de mascotas después de un corto viaje en coche. Mientras entrábamos en el establecimiento, me sentí como un niño en una tienda de dulces, viendo todas las cosas hermosas que había para nuestros cachorros.

Avancé rápidamente hacia el pasillo de correas y agarré dos multicolores muy bonitas que sabía serían perfectas. Pero cuando me di la vuelta, me sorprendió ver que Raven se había puesto un collar en el cuello.

El mar sigue cantando cuando pierde una olaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora