24 Mi corazón egoísta

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OCTAVIA

Sentí cómo las emociones me invadían mientras miraba fijamente a Raven, deseando con todo mi ser poder expresarle todo lo que sentía en ese preciso momento. Quería demostrarle mi amor y deseo, despedir a la luna que había sido testigo de nuestro romance y dar una cálida bienvenida al sol que comenzaba a despertar entre nosotros.

Mi mente se inundó de preguntas y dudas. ¿Sabría hacerlo bien? ¿Le gustaría lo que estaba por hacer? Los nervios amenazaban con apoderarse de mí, pero sabía que era el momento de la verdad, el momento en que podía mostrarle todo lo que llevaba guardado en mi corazón.

Raven notó mi inquietud. La conexión de nuestros labios se interrumpió y nuestros ojos se encontraron, reflejando interrogantes y anhelos. Comprendía que algo no iba bien, que mis dudas habían truncado lo que hasta ese momento había sido un momento mágico.

Raven -Octavia, estás bien?, ¿quieres que paremos? -me preguntó Raven con preocupación en su voz.

Octavia-No, no quiero que paremos... -respondí, luchando contra una incontrolable oleada de emociones-. Es solo que... no sé qué hacer, me siento completamente inútil... -mi voz se quebró mientras sentía cómo la vergüenza me embargaba.

De repente, vi a Raven esbozar una sonrisa enigmática y no pude comprender su reacción. Sin previo aviso, sus manos se posaron suavemente en mis mejillas, y en ese instante, todo pareció detenerse.

Comenzó a besarme con una lentitud y delicadeza que me hizo perder la conexión con mi propio cuerpo por un momento. Sus labios carnosos se abrieron paso en mi boca como un torbellino emocional, llevándome hacia una profundidad desconocida de su ser. Cada beso me envolvió, haciéndome saborear su saliva frutal con intensidad. Sin embargo, el sabor pronto se tornó salado, despertando mi sorpresa y preocupación.

En un impulso, abrí los ojos y me encontré con los ojos de Raven bañados en lágrimas. Fue entonces cuando supe que algo no iba bien. Me incorporé rápidamente, tomando sus mejillas entre mis manos, buscando ofrecerle consuelo como respuesta a sus lágrimas.

Octavia-ey...que te pasa ?- dije preocupada y confundida.

Preocupada y confundida, esperaba una respuesta, pero en cambio presencié cómo Raven se rompía en llanto, como un río precipitándose por una cascada. Instintivamente, la abracé fuertemente, sin pronunciar palabra alguna. Mis ojos también se llenaron de lágrimas, aunque no entendía del todo por qué estábamos llorando.

Pasaron unos minutos y Raven parecía estar un poco más calmada, pero aún permanecíamos abrazadas. En ese momento, ella separó su mejilla de mi hombro y buscó mi mirada. Sus ojos, irritados por el llanto, expresaban una disculpa.

Raven- Lo siento...-.

Intenté consolarla de inmediato, deslizando suavemente mis manos por sus mejillas y secando con ternura sus ojos con los pulgares. Mi voz temblorosa pronunció las palabras sin pensar

Octavia-No lo sientas, mi amor...-.

Mi error se hizo evidente al referirme a ella de esa forma, y mi reacción fue de arrepentimiento al darme cuenta de lo que había dicho. Temí que Raven reaccionara como siempre, alejándose de nuevo. Pero lo que sucedió a continuación me tomó por sorpresa.

Raven: - ¿Cómo acabas de llamarme?-

Octavia: - Mierda... lo siento, no pretendía... - La había cagado, y estaba segura de que ahora Raven huiría, como siempre hacía.

Raven: - octavia... dilo otra vez por favor... - Sus ojos estaban fijos en mis labios.

Octavia: - Pero... - No me dio tiempo a decir más, ya que Raven me interrumpió.

El mar sigue cantando cuando pierde una olaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora