47 Río de sangre.

75 8 0
                                    

Lexa

Después de asegurar todas las puertas y ventanas, nos sentamos juntas en la mesa de la cocina. Mi estómago estaba retumbando de hambre, y siempre agradecía las delicias que Raven preparaba para nosotras después de los largos y agotadores días. Su habilidad para cocinar era un verdadero regalo en estos momentos difíciles.

Estaba sentada junto a Clarke y Raven a mi lado, mientras Octavia se encontraba al otro lado de la mesa, entre ellas dos. En nuestros rostros se reflejaba la preocupación y la angustia que sentíamos. La situación de Clarke y Octavia era increíblemente complicada, lejos de su país, de sus hogares y sus familias, sin saber absolutamente nada de ellos, completamente incomunicadas. Todo estaba empezando a complicarse de la peor manera posible.

No quería dejarme llevar por la preocupación, pero una sensación terrible se aferraba a mi pecho cuando pensaba en sus familias. Todo era tan extraño, una ciudad tan grande, con una población tan numerosa, y un virus tan poderoso. No tenía buena pinta en absoluto, pero trataba de no caer en la desesperación. Solo nos quedaba ser pacientes y esperar, aunque cada minuto se sentía como una eternidad.

Clarke-¿Qué haremos si no recibimos respuestas mañana? - preguntó Clarke con tristeza en su voz.

Miré a Raven con preocupación y respondí sin ánimo - No lo sé, Clarke. Supongo que tendremos que seguir esperando...

Octavia intervino, tratando de infundir un poco de calma en la conversación - Estamos a salvo aquí. Tenemos todo lo que necesitamos, la casa es segura...-

De repente, Raven tosió, atragantándose con la comida. La miré con preocupación, pero su rostro se mantuvo serio y determinado.

Lexa-¿Estás bien? - pregunté, acariciando su espalda en un intento de brindarle apoyo.

Raven suspiró y habló en tono serio - Verás... no quería decir nada, pero tenemos un problema...-

Mi confusión se reflejó en mi rostro mientras preguntaba preocupada - ¿Qué problema?-

Ella bufó y movió su tenedor antes de responder - No... no queda mucha comida, Lexa. Apenas tenemos para dos días... tenemos agua, sí, mucha agua, pero la comida escasea...-

Me maldije internamente por no haber ido a comprar en los últimos días. La compra que hicimos la última vez no fue suficiente.

Lexa -Mierda... - murmuré, agarrando mis sienes en señal de frustración y preocupación.

La voz de Clarke reflejaba un profundo temor mientras temblaba al hablar. -Y... ¿qué haremos? No podemos salir...- susurró con preocupación.

Lexa- Escuchad, puedo salir yo. Tomo la moto y..." intenté proponer, pero fui interrumpida por Octavia.

Octavia- No... ¿estás loca? ¿Cómo vas a salir? Acabas de escuchar las noticias, Lexa. Ya veremos qué hacemos, pero no vamos a arriesgar tu vida así-, respondió Octavia con firmeza en su voz.

Octavia tenía razón, pero yo conocía esta ciudad como la palma de mi mano. Sabía dónde esconderme, por dónde moverme. Sería imposible que me vieran. Incluso si el supermercado estuviera cerrado, sabía cómo entrar. Podía conseguir todo lo que necesitábamos y salir corriendo. Sería rápido, lo tenía todo planeado. -Confía en mí, Octavia. Conozco cada rincón de esta ciudad-, afirmé con seguridad en mis palabras.

Sentí la mano de Clarke agarrando la mía sobre la mesa, temblando ligeramente. -Lexa... es demasiado arriesgado. ¿Y si te contagias?-, susurró con preocupación en sus ojos.

Pero sabía que la única manera de evitar un peligro mayor era procurando tener comida. -El riesgo de quedarnos sin comida y empeorar la situación es mayor... En este momento, todo el mundo está asustado y nadie saldrá de sus casas. Estaré completamente sola, solo tengo que ser sigilosa. Y además, puedo ir a pie. A unos diez minutos hay una pequeña tienda-, le respondí firmemente, confiando plenamente en mis habilidades y conocimientos.

El mar sigue cantando cuando pierde una olaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora