30 El poder de la imaginación.

96 10 0
                                    


Lexa

Luego de que Octavia y Raven se hubieran ido, me encontraba recogiendo el salón con cuidado, evitando romper alguna botella que nos pudiera lastimar. Clarke, con una sonrisa en su rostro, me ayudaba mientras compartíamos miradas cómplices en medio del caos. Juntas trasladamos todo a la cocina y lo dejamos con precaución en la encimera.

Habíamos bebido más de la cuenta y ahora me sentía mareada, así que decidí dirigirme directamente al sofá. Me senté, dejé que mi cabeza cayera hacia atrás y cerré los ojos. En un instante, sentí cómo Clarke se acomodaba a horcajadas sobre mis piernas. Abrí los ojos de inmediato, mi respiración se aceleró al encontrarme hipnotizada por sus pupilas dilatadas. Su sonrisa era adictiva, como una droga imposible de resistir.

Clarke - ¿Te vas a dormir? - susurró Clarke, mordiendo su labio.

Lexa - Mmm, no lo sé... ¿por qué preguntas? - respondí con una sonrisa, sabiendo que esa noche sería imposible conciliar el sueño sin vivir algo más con ella.

Clarke - No quiero que te duermas... - dijo ella, atrapando unos mechones de mi cabello con sus dedos.

Lexa - Ajá... ¿y cuál es la razón ? - dije, tentándola aún más.

Clarke - Pues... - su mano acarició mis labios con ternura - porque debemos ir a la cama... - finalizó, con una sonrisa llena de sugerencia.

Lexa - ¿A la cama... a dormir? - repetí con una pizca de malicia, sabiendo perfectamente lo que pretendía.

Clarke - No... precisamente a dormir no... - afirmó con seriedad, dejando claro que tenía otros planes en mente.

Quise continuar con ese juego, sabiendo muy bien a lo que se refería Clarke. Deseaba llevarla al dormitorio y dejarnos llevar por la pasión que se arremolinaba entre nosotras, como una llama ardiente imposible de extinguir.

Lexa- No se a qué quieres ir a la cama, la verdad-, desafié mientras intentaba mantener mi postura frente a ella.

Clarke- ¿Quieres que te diga por qué quiero ir a la cama, Lexa?- La forma en que ella pronunció mi nombre envió un escalofrío por mi espalda.

Lexa- Sí... estaría bien saberlo-, respondí, mirándola intensamente.

Ella se acercó lentamente a mi oído, agarrando mi nuca con una mano mientras sus piernas se sentían cálidas sobre mí. Su piel ardiente, su aliento chocando contra mi oreja mientras susurraba:

Clarke- Quiero que vayamos a la cama... porque tienes que follarme toda la noche-, dijo sin más.

Mi cuerpo se entumeció. Sabía que Clarke, cuando bebía, era más atrevida, se volvía más audaz. Pero escucharla decir eso, con su voz ronca y en un susurro, encendió algo en mi interior que nunca se apagaría.

La miré cautivada. Ella no sonreía, solo me observaba mientras su pecho subía y bajaba. Era un desafío silencioso entre nosotras, pero una promesa se había formado en el aire.

Sin poder contenerme ni un solo segundo más, me lancé hacia sus labios. Nuestras bocas se abrieron al unísono, liberando los sonidos de nuestro deseo. Mis manos se aferraron a su nuca mientras tiraba suavemente de su cabello. Ella gimoteó, y mi corazón saltó tres latidos en respuesta.

Su aliento choco contra mis labios mientras mis manos viajaban por su cuerpo y se posaban en sus glúteos, apretándolos contra mí. Su cadera se movió contra la mía, cerré los ojos mientras nos devorábamos los labios.

Clarke -Lexa...-susurró Clarke mientras su voz se entrelazaba con mis labios y nuestras caderas chocaban en un frenesí apasionado.

Lexa -Dime, preciosa...-respondí, cautivada por su mirada deslumbrante.

El mar sigue cantando cuando pierde una olaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora