43 El gorgoteo de su sangre

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Advertencia.

Este capitulo tiene escenas un tanto delicadas, si eres sensible mejor no lo leas.

Raven.

Después de mi conversación con Lincoln, sentía un nudo en el estómago, pero decidí no contarle nada a Octavia. No quería preocuparla aún más. Apenas quedaba una hora y media para terminar mi jornada laboral. Octavia estaba recostada en el sofá, absorta en su teléfono, viendo una serie. Mientras tanto, yo continuaba adelantando el trabajo acumulado, especialmente algunos bocetos grandes. Afortunadamente, esa noche había poca afluencia de gente, lo que me permitió avanzar mucho en mi trabajo.

En un momento, me levanté y me dirigí a una pequeña nevera que se encontraba junto al sofá en el que Octavia estaba tumbada. Agarré una botella de agua y, al darme la vuelta, noté que ella me miraba con ternura.

Me quedé parada, sonriendo ligeramente, y le pregunté: -¿Qué me miras?-

Octavia dejó el móvil sobre su abdomen y respondió con calma, sin dejar de mirarme -Miro lo hermosa que eres...-

En ese momento, mi corazón dio un vuelco enorme. Estaba acostumbrada a que las mujeres me dijeran ese tipo de cosas, pero en este contexto era diferente. Era más íntimo, más real y sincero.

Suspiré profundamente, sintiendo los nervios recorrerme, y le pregunté tímidamente -¿ tú te has visto? Eres increíble...-

Octavia se incorporó y se sentó en el sofá, cruzando las piernas. -No estamos hablando de mí... ven aquí-, dijo mientras daba toquecitos en el sofá, indicándome que me sentara a su lado.

Sonreí aún más nerviosa y, sin vacilar, me senté junto a ella. Su mano se posó en mi mejilla y cerré los ojos al sentir suave toque.

Octavia -De verdad... todavía no asimilo lo... lo bonita que eres-, susurró ella.

Abrí los ojos y me encontré con los suyos. Era una mirada tan profunda que sentía que arañaba mi alma. -Solo dices eso porque me ves con buenos ojos-, respondí tímidamente, depositando un suave beso en su mano.

Ella sonrió y volvió a acariciarme la mejilla. -Eso lo digo porque estoy completamente enamorada de ti...-, susurró mientras se acercaba más a mis labios.

Mi respiración se volvió irregular y los nervios comenzaron a invadirme. La observé detenidamente, admirando cada una de sus perfectas facciones, su mirada tierna y su sonrisa perfecta.

Raven- Sabes, cada vez que me dices algo así... mi corazón se acelera-, susurré contra su boca con los ojos cerrados.

Ella sonrió mientras sus manos seguían acariciando mis mejillas. -¿Crees que también estés enamorada de mí?-, preguntó con voz suave y calmada.

Abrí los ojos y sonreí. -No solo lo creo... lo estoy. Octavia, tú... mierda, no soy buena en estas cosas, pero sí, estoy enamorada de ti. Esto que siento tiene que ser eso, porque cada vez que me miras o te veo, mi corazón se salta tres latidos. Es una sensación que sube por mi estómago y se instala aquí en mi pecho-, dije mientras agarraba mi pecho y cerraba los ojos.

Raven- Octavia... quiero que sepas que eres demasiado importante para mí. Con el tiempo, me he dado cuenta de que quiero estar contigo, no quiero separarme de ti... pero las cosas van a ser de otra forma y me da miedo. Me asusta pensar en verte subir a ese avión, algo dentro de mí se muere...-, terminé de decir con los ojos cristalinos.

Ella suspiró y pegó su frente a la mía. -Raven... llevo varios días pensando en algo, y sé que pensarás que es una locura, pero nunca, nunca me había enamorado de esta manera. Nunca había necesitado tanto a una persona como a ti. No quiero irme... Raven, quiero quedarme-, dijo mirándome a los ojos con una intensidad y tristeza que me encogió el corazón.

El mar sigue cantando cuando pierde una olaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora