8 demonios nocturnos

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Un crujido en la puerta de mi habitación me hizo saltar de la cama, mire el reloj, eran las 4 de la mañana. ¿Había escuchado algo? ¿O era solo mi mente jugándome una mala pasada? Me levanté de la cama con cuidado, tratando de no hacer ningún ruido. Fui hacia la puerta y abrí con cautela. Nada. Todo estaba oscuro y en silencio. Solo se oía el zumbido de la lavadora en el fondo. De pronto, sentí una brisa fría que me hizo erizar la piel. Algo no estaba bien en la casa.

Revisé las habitaciones, una por una, comprobando que todo estaba en orden. Fue cuando volví a la habitación un escalofrío me recorrió el cuerpo. Allí estaba Clark, de pie junto a mi cama. Su cabello rubio parecía oscuro en la penumbra, y sus ojos brillaban en la oscuridad.

"¿Qué estás haciendo aquí?", pregunté con valentía, aunque por dentro sentía una profunda sensación de terror.

Me tomó del brazo con fuerza y me arrastró hacia ella. La sentí contra mi cuerpo y la boca de Clark se apoderó de la mía en un beso intenso, terrorífico, como si quisiera drenar mi alma. Se detuvo y me soltó, entonces su sonrisa se convirtió en un gesto de terror. Sus ojos se vaciaron y su rostro se derritió en un charco de sangre, mientras emitía un grito ensordecedor.

Estaba aterrorizada y no sabía qué hacer. Traté de alejarme, pero no podía moverme. Clark se desvaneció y todo comenzó a girar. Sentí una presencia detrás de mí, alguien o algo que me observaba. Podía sentir su malicia y hostilidad, así que traté de correr, pero mis piernas no respondían y el suelo estaba lleno de obstáculos.

De repente, una figura surgió de la oscuridad, avanzando hacia mí a gran velocidad. Era una horrible criatura, parecida a un demonio, con ojos oscuros y dientes afilados. Abrió sus enormes fauces para morderme y yo cerré los ojos con fuerza, esperando lo peor.

Cuando los abrí de nuevo, todo había desaparecido. Estaba sola en mi habitación, empapada en sudor y respirando agitadamente.

Clarke

Me encontraba sola en el baño de la discoteca, en medio del bullicio y el alboroto. Había salido esa noche con Octavia en busca de diversión y olvido, La música se escuchaba lejana en comparación con los ruidos de mi corazón acelerado. Después de una hora de bailar y beber sin cesar, necesitaba un momento para mí misma.

Mientras me lavaba la cara y me enjuagaba la boca en el lavabo, oí abrirse la puerta detrás de mi. Al girarme, me encontró de frente con Lexa, la chica que más odiaba pero que también me atraía de una manera extraña. Me sorprendió verla allí y me pregunté qué demonios estaba haciendo en ese momento.

Antes de que pudiera decir una sola palabra, Lexa me tomó de la mano y me arrastró al baño que estaba al lado. A medida que entrábamos, la puerta se cerró detrás de nosotras y la música se detuvo repentinamente. Pero antes de que pudiera decir nada, Lexa se abalanzó sobre mi, besándome de forma intensa y apasionada. Me estremecí ante su tacto, sintiendo una extraña mezcla de odio y excitación. A medida que nos besábamos, las manos de Lexa se deslizaban por mi cuerpo, abriendo mi ropa y acariciándome los pechos. yo gemía de placer, sintiendo cómo esa extraña atracción que sentía por Lexa empezaba a dominarme por completo.

Pero, tan abruptamente como comenzó,  terminó y Lexa se alejó. Me miró por un segundo y luego desapareció, dejándome allí sola y llena de preguntas sin respuestas.

A partir de ahí, todo se volvió confuso en mi sueño. Me desperté sintiéndome inquieta y extrañamente excitada. Me sentía atraída por Lexa, pero no sabía qué hacer con ese sentimiento. La mezcla de emociones que sentí en el sueño - deseo, miedo y confusión - me dejó con una sensación extraña.

El mar sigue cantando cuando pierde una olaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora