CLARKE
Había pasado toda la mañana con Lexa en la cama, entregadas a nuestros besos apasionados y amándonos sin restricciones. Pero ya era hora de comenzar el día, a pesar de tener una pereza extrema al levantarme, sabía que si no desayunaba algo, me desmayaría de hambre. Con una sonrisa en el rostro, salí de la habitación y me dirigí directamente al baño.
Necesitaba una ducha refrescante, mi piel seguía ardiendo debido a las caricias sensuales que Lexa me había dado durante toda la noche y parte de la mañana. Mis piernas estaban completamente agotadas, había perdido la cuenta de cuántos orgasmos había experimentado esa noche. Una sonrisa tonta se formó en mi rostro al recordar a Lexa, su belleza y su forma de amarme eran simplemente increíbles.
Después de unos intensos veinte minutos bajo la ducha, finalmente salí sintiéndome completamente renovada y revitalizada. Cada poro de mi piel parecía respirar con una nueva energía, fresca y llena de vida. Me envolví en una cálida toalla, sintiendo cómo mi cuerpo aún guardaba el eco de las caricias de Lexa durante la noche.
Me dirigí directamente a la cocina. Sin tomar algo de comida o beber una taza de café, sentía que mi energía se agotaría rápidamente y me moriría de inanición.
Al doblar la esquina que daba hacia la cocina, una imagen tierna y hermosa se presentó ante mí. Octavia estaba sentada en la encimera, mientras Raven le hacía cosquillas y ambas se besaban y sonreían. Me alegraba enormemente de ver que finalmente habían tomado la iniciativa. Era maravilloso presenciar ese momento y sentirme parte de su felicidad.
Clarke-Buenos días, tortolitas-, saludé con una sonrisa amplia en mi rostro.
Octavia-Buenos días, bebé- Octavia respondió con una sonrisa de oreja a oreja.
Clarke- Ya veo que todo genial... Vaya sonrisas que lleváis puestas-. dije mientras agarraba la cafetera.
Empecé a verter el café en mi taza, agradecida de que las chicas ya hubieran preparado café para todas.
Raven- como para no sonreír-, dijo Raven con una mirada coqueta.
Octavia- Cállate!- queriendo evitar que Raven se excediera, le dio un golpe en el brazo.
No pude evitar reírme ante la situación. Era evidente que Raven y Octavia estaban hechas la una para la otra.
Raven- Ay!, si no dije nada!-, protestó Raven mientras se sobaba el brazo adolorido.
Clarke- No hace falta... esta casa tiene las paredes muy finas-, dije riendo mientras saboreaba mi café.
Raven aprovechó para decir con descaro: -La verdad es que sí... Porque a vosotras también os hemos escuchado, toda la noche-, me miró traviesamente.
Las tres nos reímos tímidas, y la verdad era esa, nuestras habitaciones estaban pegadas, había escuchado toda la noche como ellas dos lo hacían, menudo aguante, conocía perfectamente a la latina en esos términos, y Octavia seguro que estaría muy satisfecha.
De repente, Lexa apareció en escena con los ojos hinchados por el sueño y una camiseta corta que resaltaba su atractivo.
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El mar sigue cantando cuando pierde una ola
FanfictionEn las idílicas costas paradisíacas, Lexa disfrutaba de una vida perfecta con su familia. Sin embargo, el ataque de un tiburón cambia su existencia para siempre, llevándose la vida de su padre. Lexa se debate entre el dolor y la esperanza, encontra...