LEXA
Me encontraba parada frente a mi casa, observándola detenidamente. La situación se había vuelto mucho más delicada de lo que había imaginado en un principio. Estar afuera era sumamente peligroso y realmente no sabía cómo enfrentar esa situación, especialmente cuando se trataba de las chicas. Me hubiera encantado llegar y decirles que todo estaba bajo control, que no era tan grave como parecía. Pero lamentablemente, esa no era la realidad. La situación era aún más hostil de lo que imaginaba, y si continuaba empeorando, sería prácticamente imposible salir al exterior.
Dejé mi bicicleta en la entrada y, a pesar del dolor agudo que sentía en mis extremidades, levanté la mano como pude para ingresar el código de seguridad. La puerta se abrió lentamente y entré despacio. Al cerrarla detrás de mí, ingresé el código nuevamente como medida de seguridad.
Comencé a caminar hacia el salón y no vi a nadie. Sin embargo, podía escuchar voces en la lejanía, las voces de las chicas. Me asomé por la cocina y allí estaban. Clarke estaba de espaldas a mí, apoyada en la isla, mientras Raven sostenía una taza humeante, seguramente de té. Octavia acariciaba la espalda de Raven, quien se veía visiblemente nerviosa.
Sabía que sus nervios eran a causa de mi demora. Les había dicho que llegaría en una hora, pero ya habían pasado casi dos. Sus ojos se encontraron con los míos y pude ver cómo sus expresiones cambiaron y se relajaron. Raven dejó la taza de té en la encimera y corrió hacia mí.
Cuando su pecho chocó contra el mío, comenzó a llorar como una niña. Sus manos apretaban mi espalda con fuerza, una fuerza descomunal. Me faltaba el aire, pero ¿cómo negarle un abrazo así a la persona más importante de mi vida?
Agarre su espalda con firmeza, anclándola a mí, mientras con la otra mano sujetaba su nuca. Me sentía a salvo, segura entre sus brazos. Era como estar en casa.
lexa -Hey... cariño, tranquila. Ya estoy aquí...- murmuré mientras dejaba que mis dedos se deslizaran por suave cabello.
Sus lágrimas empaparon mi cuello mientras sollozaba, -Dijiste una hora, Lexa... ¡una jodida hora! Yo, Lexa... pensaba que te había pasado algo...-
Aprete aún más mi agarre, tratando de transmitirle toda la calma y el amor que sentía en ese momento. -Tranquila, Raven, mi vida. Estoy aquí. Perdóname... No quería tardar, te lo juro. Me apresuré... Pero...-
Fui interrumpida cuando se separó de mí y me miró fijamente, sus ojos escrutando cada centímetro de mi rostro y cuerpo. Finalmente, su mirada se posó en mis brazos, donde las heridas se hacían evidentes. Ella agarró mis manos y alzó mis brazos, con preocupación y asombro en su expresión.
Raven -Dios mío... ¿Qué te ha pasado?- preguntó, su voz llena de angustia mientras observaba las heridas en mis brazos.
Intenté tranquilizarla, hablándole con calma. -Bueno... se complicó, pero estoy bien, Raven. Son solo heridas-, respondí, buscando disminuir su preocupación.
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El mar sigue cantando cuando pierde una ola
FanfictionEn las idílicas costas paradisíacas, Lexa disfrutaba de una vida perfecta con su familia. Sin embargo, el ataque de un tiburón cambia su existencia para siempre, llevándose la vida de su padre. Lexa se debate entre el dolor y la esperanza, encontra...