5 bajo el escritorio

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Raven estaba sobre mí, con su mano en el punto exacto donde necesitaba sentir su toque. Sus dedos se deslizaban con habilidad sobre mí, haciéndome gemir de placer y deseo. La deseaba, la deseaba más que a nadie en ese momento.

lexa- Oh, Raven... - jadeé, atrapada contra la silla, con mis piernas abiertas y sus dedos jugando con mi centro- me estás matando.

Mientras sus labios se posaban en mi cuello, besándolo con ganas y mordiéndolo como una leona devorando a su presa, yo luchaba por mantenerme en silencio. Era demasiado buena, estaba haciéndome cosas maravillosas con su mano, y no podía evitar morder mi propio brazo para no gemir demasiado fuerte.

Raven- ¿Qué quieres, jefa? - susurró Raven con una voz ronca, casi como un gruñido- joder, estás tan mojada...- 

Lexa- Quiero...oh Dios, Raven, quiero que me toques... - elevé mis caderas, rogando por más- quiero sentirte dentro de mí....

Raven- Eso es lo que quiero oír... - susurró Raven.

Raven colocó dos de sus dedos en mi entrada jugando con ella pero sin entrar y eso me estaba volviendo completamente loca. Yo estaba tan mojada que sus dedos se deslizaban sin ningún problema, y con su mano libre agarró mi cuello y me echó para atrás la cabeza mientras mordía mi barbilla. Después, metió sus dedos en mí sin miramientos, y apreté la silla tan fuerte como pude mientras mordía su hombro para no gemir demasiado alto.

Nuestras respiraciones estaban muy aceleradas, y podía sentir mi corazón latiendo tan fuerte que parecía que se saldría de mi pecho. Sus embestidas me estaban llevando al límite de mi cordura. No había nada delicado en sus movimientos, y empezó a bajar por mi cuello con besos, después por mi pecho, y finalmente, se puso de rodillas en el suelo.

Sin decir una palabra, levantó mi camiseta para poder bajar un poco mis pantalones, y los deslizó muy rápido llevándose también mi ropa interior. Abrí las piernas para que pudiera meter su cabeza entre ellas, y así lo hizo. Dios santo, cómo se sentía su lengua y su aliento caliente contra mí. Mordí mi mano para no gritar mientras la morena movía su lengua experta sobre mi punto más sensible. No podía más, el placer estaba construyéndose dentro de mí y mi orgasmo estaba a punto de estallar, pero de pronto llamaron a la puerta. Rápidamente aparté a Raven de mí, y ella se escondió debajo del escritorio. Lincoln entró en mi despacho sin previo aviso

lincoln- Lexa perdona si te molesto, pero tengo varios citas para hoy, ¿las apuntas tu o las apunto yo?...... Oye estás bien?  estas rojísima- pero Raven en ningún  momento paro, ella seguía volviéndome loca con su lengua.

lexa-Eh...si..si...claro- me agarré a la mesa fuerte.

Lincoln-Em...si claro qué ? Lexa  te estoy preguntando que si lo apunto yo o tu.- y de verdad que no podía pensar con claridad

Lexa-Ah si perdona...apún...tatelo tu me..jor- mierda mierda mierda estaba notando como mi orgasmo casi estaba por venir.

Baje mi mano para intentar separar a Raven, pero se agarró a la silla y mis intentos fueron en vano, aceleró su lengua y sin poder evitarlo un orgasmo tremendamente delicioso explotó dentro de mí, agaché mi cabeza y salió de mis labios un gemido que no pude controlar, cuando levanté la cabeza mi amigo estaba mirándome extrañado con cara de no entender nada, miré hacia abajo y ahí estaba ella con una sonrisa de oreja a oreja.

Lincoln-Lexa estás muy rara eh, si estas mala ve al médico por que vaya cara tienes...- estaba completamente roja, mi respiración se disparo por mil.

Lexa-Si..es eso..., creo que he cogido una especie de virus pero ya se me pasara no te preocupes- le sonreí y el chico salió por la puerta.

La latina se levantó y se sentó en la mesa frente mi agarrando mi cara y besándome apasionadamente.

lexa-Raven esto no se puede volver a repetir, casi nos pillan y no es profesional- intente sonar convincente pero con ella eso era imposible.

raven-¿que pasa que no te ha gustado?.... joder estás deliciosa, además esto de jefa y empleada he de reconocer que me pone muy cachonda- empuje a la chica y me levanté para poder ponerme el pantalón.

Lexa- claro que me ha gustado, dios como no va a gustarme, pero Raven yo nunca he hecho este tipo de cosas en el trabajo...- dije con timidez.

Raven- pues acostúmbrate, porque me vas a tener aquí por mucho tiempo.-

Y bueno así fue como empecé a aprender un mejor español, desde entonces Raven y yo somos muy amigas más bien inseparables, compartimos muchas cosas entre ellas el sexo, por no decir todos los días prácticamente, y si, es que la latina era insaciable, tenía ganas todo el día, en el despacho, en los baños, en las camillas, en mi casa, en la discoteca, en el supermercado, joder incluso encima de mi moto.

Pero tenia que reconocer que me encantaba tenerla de esa manera, era lo mejor que me habia pasado en mucho tiempo. estaba completamente loca, habia vivido situaciones un tanto peculiares con ella como por ejemplo, que nos pillasen en los vestidores de una famosa tienda de ropa, la dependienta nos pilló con las manos en la masa, nunca mejor dicho, una vez nos colamos en la piscina de su vecino y bueno digamos que la cosa se puso caliente y para nuestra sorpresa sus vecinos decidieron que ese día era perfecto para salir a la terraza a las 2 de la mañana y hacer una barbacoa, ya os podéis imaginar sus caras al ver a dos mujeres desnudas en su piscina, ¿vergonzoso verdad ? Pero esa no era la peor... la peor fue cuando Raven decidió que era buena idea utilizar juguetes sexuales, pero uno de ellos se rompió dentro de ella con tan mala suerte que no pudimos sacarlo...y mira que lo intenté, lo intenté mucho, demasiado podría decirse, tuvimos que ir al hospital y no había pasado más vergüenza en mi vida, pero a ella esas cosas no le daban vergüenza,  llegó al mostrador diciendo justo estas mismas palabras.

 Raven-hola buenas, mire, le cuento,  estábamos follando  y el juguete que estábamos usando se ha roto dentro de mí y bueno, que ahí está...que no sale..- Esas fueron sus palabras, ya os podéis imaginar las caras de las enfermeras y la mía. Consiguieron sacárselo pero una de las enfermeras me dijo algo antes de salir por la puerta.

Enfermera-A partir de ahora sé un poco más delicada- asentí avergonzada.

Esta era la vez que mas vergüenza habia pasado, pero no son las únicas hay mil historias mas por contar, pero debia de decir que no me arrepentia de nada, era mi mejor amiga, la persona con la que comparto todo a día de hoy, estamos muy unidas.

FIN DEL RECUERDO

El mar sigue cantando cuando pierde una olaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora