Bajo la aún mirada estupefacta de los muggles, el señor Weasley se dirigió a nosotros:
-¡Hola, Harry, Cassie! Nos saludó alegremente. -¿Tienes listo el baúl, Harry? No te preocupes por el tuyo Cassie, nos llegó esta misma mañana sin problema ¡Incluso Akira ya está en la Madriguera descansando!
Ambos le devolvimos la sonrisa. -Arriba, en la habitación. Respondió el azabache.
-Vamos por él. Saltó Fred de inmediato. Lo más probable era que quisieran echarle un vistazo al primo de Harry: Dudley, para algún tipo de experimento.
-Voy con vosotros. Comenté acompañándoles afuera de la habitación, observando como estos le guiñaban un ojo a Harry.
Una vez en la habitación de Harry, me quedé recostada en la puerta con los brazos cruzados. -¿Qué pasa? ¿Es que no me habéis echado de menos, fotocopias? Automáticamente sentí como dos pares de brazos me rodeaban y me elevaban levemente en el aire, haciéndome reír.
-Eso no lo dudes, Star. Aunque... Dijo George al separarnos.
-Algunos más que otros. Completó su gemelo con una sonrisa insinuante.
-¿Qué queréis decir con eso?
-Que tenemos a todos y cada uno de los Weasley en la Madriguera, esperando impacientes a verte de nuevo. Aquello me dejó paralizada durante un instante. ¿Él también estaría ahí? ¿Esperándome?
-¿A todos? Cuestioné sorprendida.
-A todos. Contestaron al unísono.
-¿Todos?
-Todos. Volvieron a responder de la misma forma, pero esta vez riendo por mi expresión.
-Bajemos ya, no querrás hacerle esperar... digo, esperarles... Señaló un divertido Fred a la vez que George agarraba el baúl y yo la jaula de Hedwig.
-Ja, ja. Muy gracioso fotocopia. Comenté sarcástica, bajando las escaleras tras él.
Nada más llegar de nuevo al salón, distinguimos al primo de Harry en el lugar. Esto hizo que a los tres se nos formara una sonrisa ladina en nuestros rostros de inmediato mientras nos mirábamos entre nosotros.
-¡Ah, bien! Dijo el señor Weasley al vernos. -Será mejor darnos prisa ¡Incendio!
Ya encendida la hoguera, Arthur Weasley abrió un pequeño saquito donde se encontraban los polvos Flu, los cuales echó a las llamas causando que adquirieran un color verde esmeralda.
-Tu primero, Fred. Le indicó su padre.
-Voy. Antes de que pudiera avanzar, una bolsa de caramelos se le cayó de su bolsillo "accidentalmente", provocando que estos rodaran en todas direcciones.
La fotocopia los recogió a toda prisa, se despidió de los Dursley con un gesto de la mano y avanzó hacia el fuego diciendo: "¡La Madriguera!" Y tras una especie de rugido, Fred Weasley desapareció entre las llamas.
George junto el baúl, y seguido Ron, repitieron el mismo procedimiento para llegar hasta su hogar. Harry era el siguiente.
-Bueno... Pues Adiós. Se despidió de sus amargados tíos sin recibir respuesta alguna. Esta actitud dejó atónito al señor Weasley.
-Harry les ha dicho adiós. Señaló. -¿No lo han oído?
-No tiene importancia. De verdad, me da igual. Le susurró el ojiverde, ya acostumbrado por desgracia a ese trato.
-No van a ver a su sobrino hasta el próximo verano. Dijo indignado.
-Y menos mal... Comenté, ganándome otra mirada crítica de los Dursley a la que sonreí hipócritamente en respuesta.
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Pequeña Lunática [Charlie Weasley]
FanfictionCassiopea Lilian Lupin. Prefecta de Gryffindor, cazadora del equipo de quidditch, una excelente estudiante y a su vez, de las mejores bromistas que llegareis a conocer. Su necesidad de perfección y determinación le hacen digna de su apellido. Una...