ÚLTIMO AÑO

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Abrí los ojos visualizando los baúles al lado de la puerta junto a la jaula de una Akira totalmente dormida. Era 1 de Septiembre y estas eran mis últimas horas con el dragonologista, quien debía volver a Rumanía ese mismo día.

Me tumbé sobre él y apoyé mi mentón en su pecho para admirar con detalle su rostro lleno de pecas y pequeñas cicatrices. Una sonrisa se asomó en sus labios y rodeó mi espalda baja con su brazo.

-Buenos días, señorita Lupin. Dijo con voz ronca y aún con los ojos cerrados.

-Buenos días, señor Weasley. Contesté dejando un corto beso en sus labios.

A mi pesar, tuvimos que levantarnos y prepararnos lo antes posible para asegurarnos de llegar a tiempo a la estación. Decidí usar mi jersey favorito, el cual antes había pertenecido al pelirrojo.

Fui directa por una taza de cafeína mientras el resto iban bajando y dejando sus baúles en el vestíbulo. Walburga no tardó en despertarse debido al caos que se estaba organizando.

Finalmente, logramos estar todos listos. Solo hacía falta esperar a un miembro más de la guardia, el cual nunca apareció.

-¿Necesitamos una guardia? Preguntó Harry.

-Tú eres el que necesita una guardia, hermanito.

-¿Por qué? Quiso saber.

-¿Ser Harry Potter no te parece motivo suficiente? Le dije de vuelta revolviendo su cabello.

Canuto decidió ignorar a Dumbledore y acompañarnos a Kings Cross igualmente. Tardamos unos veinte minutos en llegar a la estación. Sonreí nada más ver el expreso de Hogwarts. Subimos todo el equipaje y llegó el momento de las despedidas:

-Saluda a los chicos y a los dragones de mi parte, ¿sí? Le pedí al dragonologista en mitad de un abrazo.

-Eso no lo dudes, cariño. Respondió antes de besar mis labios por una última vez.

Me despedí de Dora y de Bill con un abrazo.

-¡Qué perro tan bonito, Cassie!

-Gracias, Lee. Contesté cuando me agaché para despedirme de Canuto.

-Prometo mantenerte informado de todas las bromas. Le aseguré a través de la legremancia, causando que ladrara en respuesta.

Mi padre Remus dejó un beso en mi frente. -Cuidaos mucho. Les estrechó la mano a todos y por último abrazó al azabache. -Tú también, Harry.

-No olvides tu formación, Black. Se despidió Moddy, estrechándome la mano.

-No lo haré.

El silbido de aviso sonó y tuvimos que subirnos todos al tren. El perro negro corrió por el andén junto a la ventana, agitando la cola hasta que desapareció en el momento en el que el tren tomo la curva.

Las fotocopias y yo fuimos directos a un compartimento junto con Angelina y Lee. No tardé en dirigirme al vagón de prefectos para la primera reunión anual.

En la puerta me crucé con Cho Chang:

-¡Hola, Cassie!

-¡Cho! Hola...

No había hablado con ella desde...

-¿Qué tal el verano? Me preguntó.

-Eh, bueno, estuvo, estuvo bien. Fui a Rumania para despejarme... ya sabes

-Comprendo... Yo también estuve fuera. Mis padres creyeron que tomar distancia sería lo mejor. Comentó con tranquilidad.

-¿Como estás? Pregunté tras un par de segundos en silencio.

Pequeña Lunática [Charlie Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora