¿UN TORNEO?

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Al salir del baño, me crucé cara a cara con Draco, quien, curiosamente, iba sin sus guardaespaldas.

-¿Dónde te has dejado a tus gorilas personales? Pregunté sonriendo, a lo que me respondió elevando levemente la comisura de su labio.

-Yo también me alegro de verte, prima. Crabbe y Goyle no son capaces ni de seguirme el ritmo.

-Una pena. Comenté irónica.

-He escuchado a tus amigos pelirrojos hablar sobre lo que creen que pasará en Hogwarts... No se acercan para nada a la realidad. Mencionó con tono orgulloso.

-Espera. Déjame adivinar... Tu papá ya te lo ha dicho, ¿verdad? Dije cruzando mis brazos, sin eliminar mi sonrisa de lado.

-Me sorprende que no hayas tomado la clase de adivinación, prima... Con lo bien que se te da...

-Adivinación es una pérdida de tiempo, prefiero la aritmacia. Bueno, ¿piensas contarme tu valiosa información? ¿O solo has venido para regodearte, Draco? Cuestioné harta de tanto secretismo.

-Vine a saludarte. Pensé que alguno de esos pelirrojos ya te lo habría contado. Pero veo que aún teniendo un padre y hermano en el ministerio, siguen sin enterarse de nada.

-Malfoy... Murmuré en forma de advertencia.

-Está bien, está bien. Va a haber un evento en Hogwarts que involucra a varios colegios, un torneo.

-¿Un torneo?

-Sí. Al parecer, varios se presentan y solo tres son elegidos. Solo se que involucra a otros colegios de Europa, que hay un premio de galeones para el vencedor y que lleva siglos sin realizarse. El resto tendrás que esperar a descubrirlo en unas horas, Cassie... Explicó.

Con que de eso se trataba el asunto ultrasecreto, un torneo entre varias escuelas...

-Me conformo con eso, gracias. Y yo también me alegro de verte... primo. Pero solo cuando no eres tan idiota. Admití elevando la comisura de mi labio y revolviendo su cabellera rubia. Seguido, decidí continuar mi camino hacia el vagón de prefectos.

Hace años, Narcisa Malfoy, antes Black, me envió una carta diciendo que deseaba mantener el contacto dado que ella fue muy cercana a Regulus. Por lo que, de vez en cuando, les hacia una visita, asegurándome de no toparme con Lucius la mayoría de las veces.

Una vez Draco entró a su primer año, siempre nos cruzábamos en la biblioteca. Así nos hicimos algo más cercanos. Delante del resto suelo mantener las distancias, sobre todo porque no tolero su comportamiento hacia Harry, hacia los Weasley o hacia cualquiera que su familia considera "inferiores".

Jamás compartiré los ideales con los que le obligaron a crecer.

El resto del viaje se me hizo realmente corto. Tras la reunión, me quedé hablando con Cedric un tiempo para luego regresar a mi vagón. Entre charlas divertidas, diferentes tentempiés, que le compré a la señora del carrito para todos, y pensar ideas de nuevas bromas que realizar durante este curso, el trayecto llegó a su fin. Habíamos vuelto a Hogwarts.

Una vez en la estación de Hogsmeade y después de saludar a Hagrid, subimos a los carruajes en el menor tiempo posible, intentando no mojarnos demasiado con la tormenta. No me gustaría ser los de primer año es ese momento...

Al llegar a la entrada del gran comedor, los alumnos corrían para poder escaparse de los enormes chorros de agua que caían sobre sus cabezas.

Nuestro fantasma favorito, Peeves el poltergeist, estaba lanzando globos llenos de agua desde lo más alto a modo de bienvenida. Las fotocopias y yo paramos nuestros pasos para observar la situación desde la distancia de seguridad necesaria.

Pequeña Lunática [Charlie Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora