Desperté debido a los golpes continuos en la puerta.
-¡El desayuno está listo! Pude oír como decía Ginny tras la puerta.
El dragonologista me apretó más fuerte entre sus brazos, emitiendo un sonido en forma de queja y aún con los ojos cerrados. Dejé un beso en sus labios y conseguí zafarme de su agarre para empezar a prepararme.
Después del desayuno, me encerré en la biblioteca de la casa. En la última reunión, supe que Dumbledore me había encomendado otra misión:
Al parecer, los Black se han dedicado a la diplomacia, como todo sangre pura. Debía descubrir si tenía alguna posibilidad de reclamar un puesto en el consejo antes de la vista de Harry. Esto me permitiría adentrarme en el ministerio y ayudar a la Orden a seguir investigando de cerca.
Pasé horas leyendo la historia de la Noble y Ancestral casa de los Black. Efectivamente, Regulus había sido el último Black en heredar un puesto diplomático en el ministerio. Por lo que no debería tener ningún problema en acceder a él.
Bajé al salón para la hora del almuerzo debido a la insistencia de Molly, quien a pesar de parecer mucho más tranquila, no debía haber olvidado la disputa de ayer con mi padre.
El resto de estudiantes habían estado ayudando con la limpieza de las plagas que quedaban. -¿Los habéis conseguido? Cuestioné en un susurro a los Weasley idénticos. -Necesitamos avanzar con los pedidos.
-¿A caso lo dudabas? Dijo George, mostrándome un trapo lleno de dixys.
Queríamos experimentar con su veneno para acabar de lograr el antídoto de los surtidos saltaclases. La semana pasada nos decantamos por poner un anuncio en el profeta para vender por correo nuestros inventos y estaba teniendo numerosos resultados.
-En cuanto perfeccionemos la fórmula, podremos ponernos a buscar el lugar perfecto para la tienda física. Pensó Fred emocionado.
Durante la tarde, nos dedicamos a limpiar las vitrinas. Las cuales estaban repletas de diferentes objetos.
Luke correteaba de un lado a otro del salón, yendo a por todo aquel objeto que resplandeciera. Pude observar como se guardaba un anillo de oro con el emblema de los Black. Me limité a sonreír y a negar con la cabeza divertida.
-Deberíamos tirar todas estas estúpidas reliquias. No tolero ni verlas. Masculló mi padre Sirius, abriendo una enorme bolsa de basura.
-No lo haremos, al menos no con las que no contengan alguna maldición. Pertenecen a los Black desde hace siglos, son poderosas y valiosas. Ya les encontraremos alguna utilidad. Pero nada de esto se va a la basura. Sentencié metiendo en una caja algunos objetos: sellos antiguos, libros, un guardapelo que nadie pudo abrir y algo de cubertería de plata.
-Kreacher, lleva esto al desván. Junto a las cosas que me dijiste que se encontraban a buen recaudo. Le ordené.
-Gracias, ama. Ella si es una Black, al igual que el pobre amo Regulus... Es su vivo retrato. De no ser por ese parecido a esa traidora que era buena con Kreacher... Mi pobre amo, que diría si me viera, si viera a su hija con traidores y sangre sucias...
-Suficiente. Haz lo que se te ha pedido. Hablé con voz firme. El elfo hizo una reverencia y desapareció del lugar.
No tardé en notar una mirada de reproche sobre mi: -Hermione, no me mires así. No voy a permitir esos murmullos e insultos. Levanté la mano para que la castaña me dejara continuar. -Y antes de que digas nada, Kreacher sabe demasiado. Además, si le liberaríamos, no celebraría su libertad, iría con el próximo amo según la linea sucesoria. Es decir, con Narcissa, o peor aún, con Bellatrix Lestrange. Dije haciendo que un escalofrío recorriera mi cuerpo.
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Pequeña Lunática [Charlie Weasley]
FanfictionCassiopea Lilian Lupin. Prefecta de Gryffindor, cazadora del equipo de quidditch, una excelente estudiante y a su vez, de las mejores bromistas que llegareis a conocer. Su necesidad de perfección y determinación le hacen digna de su apellido. Una...