POTTER APESTA

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Al día siguiente, los gemelos y Lee no me hablaban, ni yo a ellos. Estuve centrada en las clases y después comí con Harry y Hermione.

Le conté todo lo sucedido a Ced de camino a la biblioteca:

-Ya verás como enseguida volvéis a estar como siempre ¿o no te acuerdas de vuestra pelea en segundo año? Mencionó intentando animarme.

-Esto es diferente, Ced. Esta vez no solo ellos están molestos, yo también. 

-Vamos. Se de algo que puede ayudarte. Dijo girando sobre sus pasos.

-No puedo. Tengo que ir a la biblio...

-Hoy no. Me interrumpió tirando de mi mano, provocando que le siguiera.

Me hizo esperar en la puerta de la cocina. Poco después, apareció con dos batidos: uno de vainilla y otro de chocolate, creando una sonrisa en mi rostro.

-Que no haya quidditch, no quiere decir que no necesitemos nuestra tradición de vez en cuando. Comentó entregándome el batido de chocolate.

-El batido de la victoria. Murmuré alegre.

-El batido de la victoria. Repitió el Hufflepuff, dando el primer sorbo.

Desde que nos conocimos, Cedric y yo celebrábamos las victorias del otro con un batido. La mayoría solían ser de los partidos de quidditch, pero también contábamos como victorias los aprobados de los exámenes o los logros personales del otro.

Tras la hora de la cena, me dirigí al refugio en mi forma animaga para evitar ser vista.

-¿Necesitas compañía? Le pregunté a Charlie.

-¿Qué haces aquí? Dijo, abrazándome a modo de saludo.

-Como siempre dices que las guardias nocturnas son muy solitarias, pensé en venir hacerte una visita. Y estaba deseando ver a los dragones durmiendo. Expliqué haciéndole reír. -Traigo cigarros y chocolate.

-Entonces eres más que bienvenida, Lupin. Dijo atrapando el paquete de cigarrillos que le acababa de lanzar.

Me acerqué a la jaula de los dragones, manteniendo una distancia de seguridad para observarles. Un Galés Verde, un Boladefuego Chino, un Colacuerno Húngaro y...

-¡No puede ser! ¡Es un Hocicorto Sueco! Exclamé mostrando mis hoyuelos.

-Cuando hicimos la elección de especies para el torneo, pensé que te gustaría ver uno así que...

-¿Lo elegiste para que pudiera verlo? Pregunté conectando sus ojos con los míos.

-Sí. Asintió, jugando con la pulsera que seguía atada en mi muñeca desde el primer día.

Me acerqué a él, hasta estar a tan solo unos centímetros.

-Gracias. Susurré, dejando un beso en la comisura de su labio. Luego me senté enfrente del Hocicorto, apoyando la espalda en el tronco de un grueso roble. Charlie no tardó en imitarme, cediéndome el cigarrillo para que lo encendiera.

Le di la primera calada y se lo di para poder sacar mi libreta de mi bolso. La abrí en una página en blanco y comencé a dibujar al dragón, el cual dormía plácidamente. Sentía como Charlie me observaba con detalle sin decir nada.

-Solía tomar apuntes de mis investigaciones sobre pociones, astronomía, criaturas... en pergaminos sueltos. Pero como no quería perderlos, empecé a escribirlos todos en esta libreta. Mi padre me la regaló en mi cumpleaños número 11. Expliqué dando otra calada al cigarro. -La pena es que ya estoy por completarla.

Pequeña Lunática [Charlie Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora