CABEZA DE PUERCO

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La siguiente edición del Profeta llegó con una inquietante noticia: Dolores Umbrige era ahora la Suma Inquisidora de Hogwarts. Por lo que tenía la autoridad para implantar diferentes decretos de enseñanza.

Por supuesto, Percy, quien era el entrevistado en esta ocasión, no tardó en destacar el pésimo trabajo de los profesores de DCAO, incluyendo y resaltando a mi padre.

Lo primero que el sapo rosa hizo, fue supervisar a los profesores para ver si eran lo suficientemente competentes. Esto aumentó aún más las exigencias impuestas en cada asignatura.

Durante una de estas supervisiones, Harry discutió de nuevo con Umbrige ganándose otra semana de castigos. Así que el azabache faltaría a varios entrenamientos de nuevo.

Era casi media noche cuando regresaba a la sala común al finalizar otra de mis guardias. Me encontré con Harry saliendo del despacho de Umbrige:

-¡¿Qué te ha pasado?! Exclamé al ver su mano envuelta en un pañuelo ensangrentado.

-No es nada... Murmuró intentando esconder su mano tras la espalda.

Agarré su brazo, obligándolo a mostrarme su mano. Desenvolví con cuidado el pañuelo revelando una cicatriz amoratada y abierta con las frase: "No debo decir mentiras"

-Me dijiste que solo te hacía copiar, Harry... ¡No que te estaba torturando! Exclamé. -Dime que ya has avisado de esto a alguien.

-No quería preocupar ni molestar a nadie... Y no pienso darle esa satisfacción. Me respondió con firmeza, haciendo que negara con la cabeza repetidamente.

Tomé su mano y comencé a realizar los hechizos curativos necesarios. -Pon la mano en remojo en una solución de tentáculos de murtlap, acelerara la cicatrización. Señalé vendando su mano con un pañuelo limpio. -Yo aún tengo que hacer una cosa. 

-¡Meigas fritas! Dije en voz alta haciendo girar la gárgola, la cual me permitía la entrada al despacho de Dumbledore.

-Cassiopea. Saludó el director con tranquilidad mientras acariciaba a Flakes.

-Le está torturando. Hablé directamente.

-¿A qué se refiere?

-Umbrige está castigando a Harry copiando, pero sobre su propia piel. Aclaré. -Y lo peor de todo, es que lleva mintiéndome durante todo este tiempo.

Dumbledore adquirió una actitud pensativa. -Esto solo demuestra que Fudge cada día está más desesperado...

-Creo que es algo obvio. Repuse con frialdad. -¿Sabe por qué no nos dijo nada? ¡Por qué tenía miedo de molestar! Y no me extraña debido a la actitud que está teniendo con él.

-Intento poner la protección de Harry sobre todo lo demás, Cassiopea. Respondió con tranquilidad.

-¿Así es como pretende mantenerlo a salvo?!: ¿Ignorándolo, haciéndolo sentir marginado e insignificante? Exclamé molesta. -Ya puede arreglar esto o le juro por Merlín que lo haré yo. Y no de forma pacífica o poco llamativa precisamente.

-Todos estamos limitados en estos momentos, Cassiopea. No podemos arriesgarnos a perder aquello por lo que luchamos. No lograrás nada enfrentándote directamente a Umbrige. Debes hacerlo desde dentro y de forma muy cuidadosa. Estoy seguro de que tu lógica y tu formación de este verano te han enseñado a verlo. Suspiré algo más calmada al saber que el director llevaba la razón en cierto punto.

-No podemos darles un motivo para que consigan desautorizarnos por completo... Murmuré ganándome el asentimiento del hombre.

-No pienso abandonar mi puesto al menos que sea totalmente necesario para evitar un mal mayor. Pero para ese momento, confío en que ya estaréis preparados. Confesó sentándose en su silla.

Pequeña Lunática [Charlie Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora