SAN MUNGO

317 30 0
                                    

Me encontraba sentada en la repisa con las ventanas abiertas y un cigarrillo entre mis labios. Otra pesadilla me había desvelado en mitad de la madrugada. Una sensación de agobio en mi pecho no me dejaba dormir.

El resto de mis compañeras tenían las cortinas cerradas. Incluso Luke estaba completamente dormido sobre el peluche de dragón situado en mi cama.

De pronto, oí unos pasos aproximarse. Causando que apagara el cigarrillo y pusiera mi varita en alto.

-Lupin, bien, estás despierta. Debes venir conmigo cuanto antes. Es urgente. Dijo apresurada la prefosora McGonagall. Aquello me extrañó, más no hice ninguna pregunta. Agarré mi bata de color negro y seguí sus pasos.

Ron y Harry estaban al final de las escaleras esperándonos. El azabache parecía enfermo: pálido, con sudores fríos y prácticamente temblando.

-Harry, ¿te encuentras bien? Cuestioné preocupada, situando mi mano en su frente. Estaba helado.

-Vamos, deprisa. Dijo la profesora, dirigiéndose al hueco del retrato. Avanzamos por los oscuros pasillos hasta llegar a la entrada del despacho de Dumbledore:

-¡Meigas fritas! Exclamó McGonagall.

El director estaba sentado en la silla tras su mesa y hasta hace unos segundos seguramente hablando con las docenas de cuadros.

-Profesor Dumbledore, Potter ha tenido..., bueno, una pesadilla. Dice que...

-No era ninguna pesadilla. Se apresuró a corregir Harry.

-Está bien, Potter. Cuéntaselo tú mejor.

-Verá... si estaba dormido... pero fue real... Vi como pasaba... Dijo con dificultad. -Una serpiente ha atacado al señor Weasley.

Aquello me dejó completamente paralizada ¿Y si...?

-¿Cómo lo has visto? Quiso saber Dumbledore con serenidad, sin llegar a mirar al chico. -¿Dónde estabas situado? ¿Junto a la victima o veías desde arriba la escena?

-Yo era la serpiente.

-¿Está Arthur gravemente herido?

-Sí.

El director hizo llamar a dos cuadros para que alertaran del ataque. Ahí comprendí todo. Esta noche Arthur estaba en el ministerio vigilando la profecía.

También envió a Fawkes y empezó a usar unos instrumentos para analizar y comprender la situación.

Voldemort controlaba a la serpiente y Harry había podido entrar en su mente de alguna forma debido a su conexión...

Uno de los cuadros había conseguido que encontraran a Arthur.

-Se lo llevan a San Mungo... Han pasado por delante de mi retrato... Tiene mal aspecto... Mencionó el otro cuadro.

-Gracias. Minerva, necesito que despierte al resto de Weasleys. Demandó.-Fawkes avisará a Molly en cuanto acabe.

Ron cada vez estaba más pálido.

-¡Phineas! Exclamó hacia el retrato del antiguo director Black. -Avisa a Sirius que Arthur está gravemente herido y que los Weasley, Harry y su hija están de camino.

El resto de pelirrojos no tardaron en llegar totalmente confusos.

-Vuestro padre ha tenido un accidente mientras trabajaba para la Orden del Fénix. Explicó el profesor hacia ellos. -Señorita Lupin, ya sabe que debe hacer. Cumpla con el protocolo a seguir y prepare el traslado.

Pequeña Lunática [Charlie Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora