MALDICIONES IMPERDONABLES

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Guié a los nuevos miembros de Gryffindor hasta la sala común junto al premio anual de Gryffindor de este año. Hicimos el recorrido habitual, para después enseñarles la sala común y las habitaciones a la vez que resolvíamos cualquier tipo de duda.

La gran mayoría fueron por parte del niño que se había caído al lago antes de la selección. Tal y como pensé, se trataba del hermano de Colin Creevey, Dennis Creevey.

-Pocas veces he visto a alguien tan emocionado por las cortinas. Le conté a Cedric entre risas mientras recorríamos los diferentes pasillos del castillo.

Nos había tocado la primera guardia este año. Por suerte, seguíamos compartiendo las guardias al igual que el curso anterior.

-Ya le estoy imaginando en cada partido con todos los accesorios de Gryffindor posibles. Comentó aún riendo.

-Tendremos que esperar al año que viene para verlo... No puedo creer que hayan cancelado el quidditch. Estaba deseando ser capitana.

-Así tendrás tiempo para pensar en tus estrategias e intentar ganar al maestro. Dijo señalándose a si mismo.

-Si ese gran maestro eres tú, no me será muy difícil. Observé, causando que llevara una de sus manos al pecho: fingiendo su ofensa y haciéndome reír de nuevo.

-¿Emocionada por el torneo? Me preguntó tras unos minutos caminando.

-Me gusta la idea de relacionarnos con otros colegios, creo que será algo bueno. Pero hay algo que no me acaba de convencer de ese torneo, no sé...

-A mi me parece un evento impresionante. El ministerio y los directores ya se han encargado de hacerlo seguro para...

-Lo que me parece es un suicidio, Ced. Han cambiado las normas, pero eso no nos asegura nada.

Cedric asintió ante mi comentario, dejándome algo extrañada por su silencio. Había algo más.

Agarré su brazo, haciendo que sus pasos se detuvieran. -¿Algo que quieras decirme? Te conozco de sobra como para saber que tu silencio indica algo más.

-Voy a presentarme al torneo. Anunció con voz decidida.

-Ced...

-Tengo diecisiete, Cass. Y de verdad que quiero intentarlo. Si salgo elegido, podré demostrarles a todos lo que valgo, demostrárselo a mi padre... ¿Me ayudarás? Me explicó agarrando mi mano.

Suspiré profundo antes de responder. -A pesar de que no me guste la idea en absoluto... por supuesto que te ayudaré. Y seré la primera en celebrar tu victoria en el caso de que ganes. Acepté con una media sonrisa.

Al volver a la sala común, me topé con las fotocopias esperándome en uno de los sofás.

-¿Qué hacéis aquí aún? Pregunté reprimiendo un bostezo.

-Ya que tenías que cumplir con tus deberes tan importantes como perfecta... Habló Fred.

-Decidimos ir nosotros a las cocinas y traerlo todo aquí para cuando volvieras. Añadió su hermano. -No podíamos empezar el curso sin la segunda tradición. Daría mala suerte.

Sonreí al ver como la mesa estaba repleta de comida, entre ellos nuestros dulces favoritos. -Recena en las cocinas de Hogwarts, ¿cómo se me ha podido pasar? Dije agotada, al mismo tiempo que me sentaba entre ellos en el cómodo sofá rojizo.

-Será por la falta de cafeína. Sugirieron las fotocopias, tendiéndome una porción de tarta de café y chocolate.

-Lo más probable. Respondí comenzando a comer.

Pequeña Lunática [Charlie Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora