MADRUGADA

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-¿Qué ocurrió? Preguntó mi hermano con interés. El pobre había estado desinformado de todo lo relacionado con el mundo mágico desde que finalizó el curso, incluida la copa de quidditch.

-Fue derrotada por Transilvania, por trescientos noventa a diez. Le expliqué.

-Una actuación terrorífica. Y Gales perdió frente Uganda, y Escocia fue vapuleada por Luxemburgo. Finalizó Charlie en un tono entristecido.

-Al menos, sus tácticas fueron bastante sorprendentes. Me gustaría usar algunas durante este curso. Comenté, acabando la poca ensalada que quedaba en mi plato.

-Para eso tendrás que convencer a nuestro nuevo capitán. Señaló Harry.

-Oh, creo que eso no me será muy difícil...

-Parece que estás muy segura de eso, Star... Dijeron las fotocopias al mismo tiempo.

-Estáis ante la nueva capitana de quidditch de Gryffindor. Anuncié ilusionada, sorprendiendo al resto.

Choqué las manos con Fred y George a modo de celebración.

-Echaré de menos a Wood, pero serás una excelente capitana.

-Gracias, hermanito.

-Con Cassie como capitana, Gryffindor ya tiene la copa asegurada. Eres de las mejores jugadoras que he visto. Observó Bill sonriente.

-Bueno, supongo que todo se debe a que tuve al mejor mentor. Dije, mirando a cierto pelirrojo.

-Entonces, deberías agradecérselo. Me respondió, bebiendo de su copa.

-¿Tú crees? Quizás lo haga... Dije mostrándome pensativa.

Charlie elevó ligeramente sus cejas -¿Ah sí?

-Mmm. Asentí, causando que sus labios esbozaran una media sonrisa que no tardé en imitar.

El resto de la cena continuó con animadas conversaciones entre todos nosotros. Finalizó con el helado de fresa casero de Molly Weasley, quien después de que le ayudáramos a recoger todo, nos apresuró para irnos a dormir. Dado que, en su opinión, ya se nos había hecho lo suficientemente tarde y debíamos descansar.

Ginny y Hermione dormían profundamente cuando una pesadilla me volvió a despertar de golpe. Estaba sudando y con la respiración agitada. Pasé por el baño para lavarme la cara. Después decidí ir directamente al jardín con cuidado de no despertar a nadie en el camino.

Ya eran más de las cinco de la madrugada, por lo que me tocaba esperar a que el resto se levantarán. Me sería imposible dormir de nuevo.

Me senté en medio del jardín, abrazando mis piernas mientras me adentraba en mis pensamientos y observaba el cielo despejado con detalle.

Mis ojos se quedaron fijos en la hermosa pulsera que me acababan de obsequiar. Mis dedos comenzaron acariciar la figura sonriendo inconscientemente.

-Veo que algunas cosas nunca cambian. ¿No puedes dormir? Me cuestionó un somnoliento Charlie Weasley, sentándose a mi lado en la hierba.

-¿Con los ronquidos de Ron que se escuchan incluso desde mi habitación? No mucho. No sé como Harry puede dormir prácticamente todo el año con  ellos. Comenté, haciendo que ambos comenzáramos a reír.

-Ni yo sé como lo hice tantos años...

-En verdad quería tener un poco de tranquilidad antes de que el resto despertaran, nada más. Reconocí llevando mi mirada al cielo otra vez.

-Yo igual. Es extraño volver a todo este caos después de estar acostumbrado a la rutina de Rumanía: con sus largos silencios durante las guardias nocturnas.

Pequeña Lunática [Charlie Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora