Strings; memories never die✨ ➳s.m

VIII✨

Las semanas pasaban, y con esto me hacía cada vez más cercana a Shawn. Él pasaba conmigo casi cada segundo del día, y nos habíamos vuelto bastante amigos, a pesar de los rumores que circulaban, debido a la fama de Shawn con las chicas; de hecho, muchas personas creían que éramos algo más que amigos, pero Shawn siempre se encargaba de aclararlo.

—¡Blacks! —Gritó, a mis espaldas.

—¡Mendes! —Respondí, sonriéndole.

—¿Te he dicho lo mucho que me gusta tu sonrisa? —Preguntó, pasando un brazo por mis hombros.

Rodé los ojos, y él rió.

Una rubia voluptuosa comenzó a caminar hacia nosotros, más bien hacia Shawn. Él la observo detenidamente, y luego asintió.

—Nos vemos en un rato, preciosa —dijo, besando mi mejilla.

Asentí, y él comenzó a alejarse.

—No cambia, ¿eh? —Murmuró, Ellie, pasándose a mi lado.

Negué con la cabeza, y suspire.

Ellie se había convertido en una gran compañía. En poco tiempo había llegado a apreciarla mucho.

—Es un imbécil, pero de todas formas quería hablarte de algo —dijo, un poco nerviosa.

Caminamos hasta el jardín ubicado en el patio trasero, y nos acostamos en el césped.

—Te escucho.

—Habrá una fiesta —informó, nerviosa—, este fin de semana.

—Ya, ¿y?

Me dio un manotazo amistoso, y comenzó a reír como loca.

—Déjame adivinar... Nash te invito —dije, imitando su voz chillona.

—¡Sí! —Exclamó, mientras se sonrrojaba.

Reí, y negué con la cabeza divertida. Unas manos cubrieron mis ojos; y sabía exactamente a quien pertenecían.

—Sé que eres tú, Jai —dije, riendo.

Él bufo, y quitó sus manos de mis ojos.

—¡Siempre lo adivinas! —Exclamó, frustrado.

Había conocido a Jai hace unas semanas. Era un chico simpático; cabellos rubios, alto, ojos verdes, contextura normal. Estábamos juntos en clase de artes. Era el típico mujeriego, y también era el mayor enemigo de Shawn. La verdad, se odiaban mutuamente.

—¿Como esta la chica más hermosa de este instituto? —Preguntó, sonriendo.

—Imbécil —dije, dándole un pequeño golpe en el brazo.

El rió, y paso un brazo por mis hombros.

—Yo no haría eso si fuera tú —murmuró, una voz a nuestras espaldas.

Jai apretó la mandíbula, y su agarre se tenso.

—Entonces... ¿quitarás el brazo, o tendré que hacerlo yo?

El rubio besó mi mejilla, y se fue junto a Ellie sin decir nada.

—No tenías necesidad de ser así, Shawn —murmuré, haciendo una mueca.

—¡Vamos!, no puedes molestarte por eso —dijo, sentándose a mi lado.

No respondí.

—¡Bien, puedes hacer lo que quieras! —Gritó, enojado.

El brillo que siempre había en sus ojos cuando lo miraba, había desaparecido, y estaba siendo reemplazado por ira.

—Shawn, cálmate...