XXIV✨

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Tres semanas después...

Terminé de acomodar todas las cosas en la parte de atrás de la camioneta, junto a mi suegra.

Había estado acompañándole a hacer las compras, y otras cosas, desde hace un tiempo, y me había servido bastante para conocerla más. Era una mujer increíble.

Llegamos a casa en menos de lo que pensé.

—Adelántate, querida —dijo, sonriéndome—. Iré a hacer una llamada, y luego si quieres puedes ayudarme a bajar las cosas.

Asentí sonriéndole.

En cuanto entré a la casa, pude ver a Shawn sentado en el sofá, cubriéndose la cara con las manos.

—¿Shawn? —Pregunté, preocupada—, cariño, ¿estas bien?

Levantó la cabeza, y de inmediato se acercó a mi para capturar mis labios en un apasionado beso.

—¡Voy a ser parte de Magcon, mi amor! —Exclamó, sonriendo ampliamente.

Me levantó en el aire, haciéndome girar en sus brazos.

—¿Hablas en serio? —Pregunté, emocionada—. ¡Felicidades, Shawn!, no sabes lo feliz que estoy por ti, bebé.

Sonrió, y luego volvió a besar mis labios.

(...)

Shawn se encontraba abrazándome por detrás, mientras los chicos estaban ubicados en el sofá de la casa de Nash, comiendo y viendo televisión.

Habían decido reunirse ya que resultaba ser que todos habían logrado la gran oportunidad de ser parte de Magcon. Genial, ¿no? Me sentía extremadamente feliz por todos y cada uno, sabía que éste era su sueño.

A la vez, no podía dejar de preguntarme que pasaría con Shawn y conmigo ahora. No podía evitar tener miedo, miedo por el futuro de nuestra relación, preocuparme debido al hecho de que las relaciones a distancia no siempre funcionan.

—¿Pasa algo? —Negué con la cabeza—. Nina, sabes que a mi no puedes engañarme, vamos, ¿qué pasa?

—Nada —aseguré, sonriéndole—. Tranquilo, esta todo bien, Shawn.

Asintió, sin parecer estar totalmente convencido.

—No te preocupes, estoy bien —volví a asegurarle—. Estoy muy orgullosa de ti, ¿sabías?

Sonrió, y me besó.

—Por favor, basta, me dan diabetes —dijo, Matt, ganándose la atención de todos.

Reí, y Shawn se separó de mi, para mirarle.

—¿Qué? —Preguntó, frunciendo el ceño.

—Ustedes dos son demasiado dulces, joder —respondió él—. Me dan diabetes.

Todos comenzaron a reír, mientras Matt se encogía de hombros con una sonrisa.

Un celular comenzó a sonar, y por el tono, reconocí que era el de Shawn. Todos empezaron a rebuscar en sus respectivos bolsillos, tratando de adivinar de quien era.

Reí, y todas las miradas se posaron en mi, como pidiendo que les dijera de quien era el móvil.

—Shawn —dije, sonriendo.

El recién nombrado buscó en los bolsillos de su pantalón, pero no estaba ahí.

—Está ahí —aseguró, apuntando el sofá—. Muévanse.

De mala gana todos los chicos se levantaron, entonces noté que su móvil estaba al lado de la televisión.

—Shawn —lo llamé, evitando reír—. No está ahí.

Strings; memories never die✨ ➳s.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora