—¿Vendrás conmigo a casa de Cameron? —Preguntó, Shawn, envolviendo sus brazos en mi cintura.
—Me encantaría —hice una pausa—, pero no puedo. Lo siento, cariño.
—Si es por lo de la otra noche, prometo llevarte más temprano esta vez —insistió, sonriendo.
Me detuve para tomar un par de libros, y él lo hizo conmigo. Cerré la puerta de mi casillero, y apoyé la cabeza en él, sabiendo muy bien lo que se venía.
—No es eso, Shawn —hice una mueca—. Es que... ayer quedé con William para hacer el proyecto en su casa.
—¿Por qué no me lo habías dicho antes? —Preguntó, frunciendo el ceño.
—Porque sabía como te pondrías —me excuse.
—¿Cuándo pensabas decírmelo?
—Hoy —comencé a caminar—. Créeme que no quería que te enterases así.
—Ni siquiera lo conoces, Nina —dijo, mientras seguía mis pasos—. ¿Qué tal si es un psicópata? O tal vez algo peor.
—No digas tonterías, Shawn.
—No son tonterías, además no soy estúpido, me di cuenta de como te miraba...
—Shawn —le interrumpí—, no voy a discutir contigo por esto, tienes que confiar en mi, ¿si?
—Confío en ti, en quien no confío es en el tal William —se detuvo—. No quiero que vayas, Nina.
—El problema aquí son tus celos absurdos —negó con la cabeza—. Lo siento, Shawn, pero iré.
—Bien, me queda bastante claro quien es más importante para ti —dijo, claramente molesto.
Dio media vuelta, y comenzó a alejarse a paso rápido.
—¡Shawn! —Grité, sin lograr su atención—. ¡Shawn, por favor!
«Genial.»
(...)
Busqué a William pasando la mirada por todo el estacionamiento, mas no tuve éxito. Me senté en el pavimento, y comencé a revisar mi teléfono.
Minutos más tarde, un cuerpo se posiciono frente a mi, y de inmediato supe que era él. Me sonrió ampliamente, mostrando sus hoyuelos.
—Siento mucho haberte hecho esperar —dijo, con aquella inconfundible voz ronca.
—No te preocupes, no llevo más de tres o cinco minutos —traté de sonreír.
—De todos formas, lo siento, no se debe hacer esperar a una dama —sonrió de medio lado—. ¿Nos vamos?
Asentí. Me levanté, y sacudí mis jeans. William me guió hasta su lujoso auto y luego abrió la puerta para que subiera.
Subí sin decir nada. A pesar de que William se parecía ser un chico genial, intentaría no entablar mucha relación con él, ya que sabía que si lo hacía, más tarde, eso me traería más problemas con Shawn.
—¿Por qué tan silenciosa? —Preguntó, con la vista en el camino.
Me encogí de hombros.
—Supongo que soy así —respondí, tranquilamente.
—No lo creo, no pareces ser una chica tranquila —soltó, divertido.
—Pues lo soy —dije, evitando sonreír—. A veces las apariencias engañan.
—Eso lo sé muy bien, pero no lo eres —aseguró, arqueando una ceja.
—¿Cómo es que estás tan seguro?
—Solo lo sé —se encogió de hombros—. Puedo verlo en tus ojos.
—¿Sí? —Asintió—. Dime, William...
—Will —me interrumpió, sonriente—. Puedes llamarme Will.
—Bien, Will —no pude evitar sonreír—. ¿Hay algo más que puedas ver en mis ojos?
—Muchas cosas —respondió, pasándose una mano por su largo cabello—. Como por ejemplo, sé que hay algo que te preocupa.
—Y no te equivocas —reí con amargura.
—¿Un chico?
—Sí, pero no se trata de cualquier chico —sonreí, recordando.
—¿Mendes?
Fruncí el ceño.
—¿Cómo lo sabes?
—Están todo el día juntos, no hay que ser adivino para saberlo.
«Claro que sí. Era obvio.»
—No te preocupes, sé arreglarán antes de lo que piensas.
Y no supe muy bien el porqué, pero sus palabras me hicieron sentir mejor.
Claro que sería así. Mañana hablaría con Shawn, lograríamos resolver todo y nos olvidaríamos de esa estúpida discusión.
—¿Empezamos?
—Claro —asentí con una pequeña sonrisa.
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Strings; memories never die✨ ➳s.m
Hayran Kurgu"-Jamás lo lograría, porque los recuerdos nunca mueren... Nuestros recuerdos nunca morirán, Shawn." Estrictamente prohibida la copia parcial o completa de la historia.