Me miraba fijamente, mas no se atrevía a pronunciar ni una sola palabra.
—Responde, Shawn —ordené, en tono severo.
—No puedo decírtelo —dijo, luego de unos minutos.
—¿Por qué no? —Cuestione, levemente enfadada.
Nuevamente guardó silencio. Negué con la cabeza, y di la vuelta sobre mis talones, para salir rápidamente de allí.
—¡Nina! —Gritó, acercándose a grandes zancadas.
Lo ignore, y continúe caminando.
—Nina, por favor —dijo, agarrándome el brazo—. Si pudiera decírtelo lo haría, pero no puedo, joder.
—Si no me dices qué es lo que sabes —comencé diciendo—, no esperes que me aleje de él.
Volvimos a quedar frente a frente, manteniendo la mirada fija el uno en el otro.
—No puedo —susurró, luego de unos segundos.
—¡Maldita sea, Shawn! —Exclamé, frustrada—. Solo dime la puta verdad.
Se pasó las manos nerviosamente por el cabello, tirando levemente algunos mechones.
—Nina, lo que menos quiero es discutir contigo por un imbécil como Travis —el desprecio se notaba cuando pronunció su nombre.
—Tampoco quiero discutir, Shawn —admití, cruzada de brazos—, pero no estoy dispuesta a que me estes ocultando cosas.
—Preciosa, te prometo que cuando sea el momento indicado, te lo diré —aseguró, sonriendo.
Suspire. No me gustaba que me ocultaran cosas, mucho menos que fuera Shawn quien lo hiciera.
—Estoy cansada, Shawn —hice una mueca—. Mejor... mejor me iré a casa.
Di la vuelta para comenzar a caminar, pero me detuvo tomándome el brazo.
—No te vayas —pidió, entristecido—. Tenemos que hablar, por favor, nena.
Negué con la cabeza.
—Lo siento, Shawn —mordí mi labio inferior—, pero... no por ahora, no hoy.
Y sin decir más, me fui de allí.
(...)
El día había pasado lento, demasiado diría yo. No podía dejar de pensar en Shawn, ni en todo lo que había pasado. Había estado mandándome mensajes, y llamándome todo el resto del día, mas no cedí a ninguna de sus insistencias.
Sabía que tendría que hablar con él, y no era que no quisiera hacerlo, pero sinceramente prefería esperar hasta que las cosas se calmaran, ya que aún estaba un poco molesta por lo que había pasado.
Unos golpes en la puerta hicieron que me sobresaltara.
—¿Se puede?
—Claro que si.
Inmediatamente el pelinegro entró en la habitación, dándome una dulce sonrisa.
—Travis —susurre, sonriéndole—. ¿Paso algo?
Negó con la cabeza.
—¿Quieres contarme? —Preguntó, sentándose en mi cama.
—¿De qué hablas? —Me hice la desentendida.
—Venga, Nina —sonrió de lado—. Sabes que nunca haz podido engañarme.
—Tuve una discusión con Shawn —admití, triste—. No me siento muy bien, Travis ¿podríamos hablar mañana?.
—Fue por mi culpa, ¿cierto? —Preguntó, dejándome totalmente sorprendida.
—No —aseguré, nerviosa—. ¿por qué piensas eso?
—Nina, te conozco mejor que a mi mismo, no es necesario que me mientas.
Mantuve silencio, sabiendo que aunque lo intentase nuevamente, no podría engañarlo.
—¿Realmente lo quieres? —Preguntó, mirándome fijamente.
No tuve duda alguna.
—Sí.
—Entonces no te preocupes, las cosas van a solucionarse —aseguró, sonriendo—. Y si quieres, yo podría ayudarte.
—Gracias, Travis —me senté a su lado—, pero preferiría mantenerte fuera de esto.
—No puedes mantenerme fuera cuando están peleados por mi culpa.
—No fue por tu culpa, ya te lo dije —desvíe la mirada—. Yo...
—No te molestes, hermosa —dijo, riendo.
—Lo siento.
—No te disculpes, no tienes porqué hacerlo —dijo, apretando mi mano—. Yo lo siento, no quería causarte problemas con el chico.
Asentí comprensivamente.
—Bueno, si quieres hablar o necesitas cualquier cosa, no importa la hora, sabes que estoy justo aquí para ti.
—Gracias, de verdad, T —lo llamé por su apodo.
Lo abracé, y luego me dio un dulce beso en la mejilla. En cuanto salió de la habitación, me acosté.
Cuando estaba a punto de dormirme, mi celular indicó que tenía un mensaje. Opté por ignorarlo, y seguir con mi intento de dormir.
El móvil continuaba vibrando sin césar en mi mesita de noche. Cansada de las insistencias, tomé el aparato en mis manos, encontrándome con decenas de mensajes de parte de los chicos.
Fruncí el ceño, y luego comencé a leer los mensajes, todos decían o preguntaban cosas parecidas, pero uno se robó mi atención haciendo que mi corazón se acelerara.
“Él te necesita”.
En cosa de segundos, comencé a llamar a todos y cada uno de los chicos, pero ninguno contestaba. Continúe intentando, mas no tuve éxito.
Me levanté de la cama, caminando de un lado hacia otro, sin saber que hacer. El miedo a que algo malo le hubiese pasado, estaba matándome por dentro. Tenía que ir por él, tenía que saber que estaba bien, pero ¿cómo? Ni siquiera sabía en donde estaba.
Rápidamente me cambié el pijama, para luego tomar mi celular e ir directamente a la habitación de Travis.
Decidida, abrí la puerta, encontrándome con mi primo acostado, y profundamente dormido.
«Joder, ¿qué hago ahora?»
Lo dudé por unos segundos, pero sabía muy bien que solo él me ayudaría.
—Travis, despierta —moví su cuerpo de un lado a otro.
Recibí un gruñido en respuesta.
—Joder, te necesito —admití, mientras lo movía más fuerte.
Sus ojos se abrieron pesadamente, y en cuanto me vio, se irguió rápidamente en la cama.
—¿Paso algo?, ¿estas bien? —Preguntó, preocupado.
Negué con la cabeza.
—Es Shawn —confesé—. No sé que le ha pasado, pero tengo que ir por él, Travis.
—¿Sabés dónde esta? —Negué nuevamente—. Joder... Dame unos minutos para vestirme, y nos vamos.
Asentí, y salí de la habitación.
Mientras lo esperaba, decidí llamar a los chicos otra vez, para ver si esta vez tenía suerte.
—Nina, joder... —Lo interrumpí.
—¿Qué demonios le paso?, ¿dónde está?
—En mi casa —respondió, Cameron—. No sé que le pasa, esta actuando como loco, no sabemos que hacer, y...
—No te preocupes —interrumpí—. Gracias por avisarme, voy para allá.
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Strings; memories never die✨ ➳s.m
Fanfic"-Jamás lo lograría, porque los recuerdos nunca mueren... Nuestros recuerdos nunca morirán, Shawn." Estrictamente prohibida la copia parcial o completa de la historia.