XXXIV✨

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Busqué a Shawn en el pasillo por varios minutos sin dar con él, hasta que a lo lejos pude verlo. Se encontraba sentado en el césped, con una expresión de tristeza y cansancio.

Me aproxime con cuidado, pero en cuanto notó mi presencia se puso de pie para irse.

—Shawn, espera —pedí, mientras agarraba su brazo.

Se soltó bruscamente, y comenzó a alejarse a paso rápido.

—¡Shawn!, ¡tenemos que hablar! —Grité, corriendo tras él.

Seguí sus pasos por los pasillos sin perderlo ni por un segundo, pero un rostro familiar hizo que me distrajera y por ende lo perdiese de vista.

—¿Qué sucedió entre ustedes dos? —Preguntó, mientras fruncía el ceño.

Suspire, y busqué consuelo en sus brazos.

—Discutimos.

—No te preocupes, va a solucionarse —me tranquilizó—. Es que a veces Shawn suele ser un poco..., impulsivo, pero estoy seguro de que, sea cual sea el problema, podrán solucionarlo.

—Gracias, Matt —le sonreí.

—De nada, pequeña —sonrió también—. Ahora vamos a clases.

—Tengo matemáticas, ¿y tú?

—Matemáticas —amplió su sonrisa—. Supongo que nos vamos juntos.

—Claro —asentí, para luego ir hasta el salón.

En cuanto entramos pude ver a Jack J, sentado junto a Carter. Le hice una seña a Matt, y nos acercamos, para segundos después saludar y sentarnos en dos de los tres puestos vacíos.

La clase comenzó, mas no puse atención en ningún momento. Mi mente estaba lejos. Estaba con Shawn. Cada uno de mis pensamientos era dirgido a él.

—... Señorita Blacks —me llamó la atención, el profesor—. ¿Puede usted resolver el ejercicio?

Miré a los chicos buscando ayuda pero ellos, a excepción de Carter, estaban casi peor que yo.

Negué con la cabeza.

—No puedo hacerlo, no puse atención —admití.

Carter a mi lado rió.

—Señorita Blacks, su promedio en la asignatura ya es bajo —dijo, luego de unos minutos—, no creo que quiera que empeore, ¿o sí? Mucho menos por un chico.

—¿Qué? —Pronuncie, anonadada

—Me doy cuenta de su problema con el señor Mendes, y...

—Un momento —le interrumpí—. Ese no es asunto suyo, ni en lo más mínimo. No es que quiera ser grosera, pero por favor, profesor, intente no meterse donde nadie lo ha llamado.

Dos minutos luego de decir eso, me encontraba afuera de la oficina del director, esperando a que me atendiese.

Mi celular indicó que había recibido un mensaje. Con la esperanza de que fuese Shawn, lo saqué inmediatamente. Y a pesar de que no fuese él, una sonrisa apareció en mi rostro.

“Patio trasero, en cinco minutos.”

Con dificultad, logré escapar sin llamar la atención de la secretaria.

Minutos después estaba llegando al lugar indicado en el mensaje.

—Pensé que no llegarías —dijo, mientras yo me acercaba a paso rápido.

—Lo hice —sonreí—. ¿Qué necesitas? Me acabo de escapar por ti, así que espero que sea bueno.

—Ven conmigo.

Tomó mi mano, y me guió hasta el instituto nuevamente. Caminamos por varios pasillos, hasta que nos detuvimos frente a un salón. Cubrió mis ojos con sus manos y me abrió la puerta pegándole una pequeña patada.

—¿Qué haces?

—Confía en mi —respondió, pude percibir que sonreía.

En cuanto entramos quitó sus manos de mis ojos. Nada. Lo vi fruncir el ceño, y luego salir rápidamente. Minutos más tarde escuché pasos acercándose.

—Demoraste mucho, y pensé en ir a buscarte.

Pude reconocer al dueño de la voz inmediatamente. Entonces, caí en cuenta de todo.

Los dos aparecieron en el salón, uno sonriendo, el otro frunciendo el ceño.

—¿Qué mierda es todo ésto? —Preguntó, intentando escapar de inmediato.

—No, Shawn —declaró Carter, en tono serio—. Tienes que escucharla. Los dos son mis amigos, odio verlos mal, y por eso mismo estoy haciendo esto.

Ambos mantuvimos silencio.

—Ahora, arreglen toda esta mierda, y entonces los dejaré salir —agregó, esta vez sonriendo.

Salió del salón, y agitó las llaves de éste por la ventanilla, indicando que estábamos encerrados.

—¡Carter! ¡Vuelve aquí, maldición!

—Ya me lo agradecerás, hermano.

Shawn suspiró, y se sentó en el suelo. Caminé hasta él, y me senté a su lado. Pensé que se iría, mas no se movió.

Ambos estuvimos en silencio, por al menos una hora completa.

—Lo siento —dijo, dejándome totalmente sorprendida—. Ya sabes, por todo.

—Yo también lo siento, Shawn.

—Yo sólo... Quería protegerte —dijo, soltando un suspiro.

—Lo sé, pero... a veces tienes que dejar los celos de lado por un momento. Era sólo un trabajo, Shawn. Solo eso.

El silencio reinó por un par de minutos, hasta que él se decidió a romperlo.

—Sé que me equivoqué, pero es difícil no sentir celos. Significas tanto para mi, y... hay veces en las que el miedo a perderte es demasiado.

—Jamás vas a perderme —me negué a la posibilidad de inmediato—. No sé cuantas veces tendré que repetirlo, pero lo haré las que sean necesarias.

—Pero...

—Shawn, el único hombre al que quiero y con el que quiero estar, está aquí. En esta misma habitacion, sentado a mi lado.

Volvió su vista hacia mi, y me miró fijamente, como buscando una prueba de que lo que había dicho no era una broma.

Sonreí, para posteriormente besar sus labios por unos largos minutos.

—Te adoro, princesa —dijo, cuando nos separemos por unos cortos segundos.

—Y yo a ti, amor —sonreí nuevamente, y esta vez él fue quien se encargó de volver a unir nuestros labios.

Strings; memories never die✨ ➳s.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora