Casi un mes. Casi un mes desde que Shawn no me dirigía la palabra. Había intentado hablar con él, más de una vez, pero todo lo que conseguía era indiferencia, simplemente me ignoraba.
Sus amigos, con los cuales ahora me entendía muy bien, me decían que necesitaba tiempo, que estaba confundido, y que yo debía esperar, pero lo extrañaba, lo extrañaba mucho, joder.
Me pasaba todo el día escuchando música, dibujando, leyendo, y cuando no estaba en el instituto, durmiendo.
—¡Hey, Blacks!— Exclamó, entregándome un café.
Levante la cabeza e intente sonreírle.
—Nina, si no me dices que pasa, no puedo ayudarte, llevas semanas así— Dijo, haciendo una mueca.
—No pasa nada, Ellie, en serio— Mentí, para tranquilizarle.
—¿Es por él?— Pregunto, refiriéndose a Shawn.
—Yo...— Comencé a decir, pero no pude continuar. Sentía que tenía un nudo en la garganta.
—Sabes que siempre puedes confiar en mi, cuéntame— Pidió, sentándome a mi lado.
Suspire, y comencé a contarle todo con lujo de detalles. Cuando termine ella me miraba atentame.
—Así que era él, debí saberlo— Dijo, negando con la cabeza.
—¿Estas enojada?— Pregunte, con nervios.
—¿Y todavía preguntas?, ¡eres una zorra!, no puedo creer que no me lo contaras— Respondió, riendo.
Di un suspiro de alivio.
—Gracias... por todo— Agradecí, mirando el suelo.
—Las amigas son para apoyar, no para juzgar— Dijo, sonriendo.
Levante la vista hasta ella, y le sonreí. El timbre sonó en ese momento, anunciando en fin de la jornada.
—Y, ¿qué esperas, una señal divina?— Pregunto, levantándose.
La mire confundida.
—¡Ve por tu hombre!— Exclamó, riendo.
—Pero y...
—Olvida esa estúpida promesa, él te quiere y eso es todo lo que importa— Termino diciendo, con una sonrisa en el rostro.
Salió del salón, y corrí tras ella.
—¡No sé que decirle!— Exclame, frustrada.
—Solo dile lo que sientes, que el corazón hable por ti— Respondió, mientras se alejaba.
Reí. ¿Que el corazón hable por mi? Que mierda más cursi.
Ya casi no quedaban estudiantes en los pasillos, así que comencé a caminar al estacionamiento, con la esperanza de encontrar a Shawn allí, y que con suerte me escuchara, pero algo me hizo girar.
—Hola guapa— Dijo, tomándome por la cintura.
Por un momento pensé que era Patrick, pero luego reconocí perfectamente a quien pertenecía esa voz. Este idiota había estado hostigandome desde que Shawn... bueno, desde que se alejo.
—Sueltame, imbécil— Ordene, en tono serio.
Rió sarcásticamente.
—No me gusta que me hablen así, ya deberías saberlo, preciosa— Dijo, empujandome a los casilleros.
Me empujo con tal fuerza, que hizo que lanzara un pequeño gemido.
—Eres un cerdo— Dije, mirándolo a los ojos.
La rabia comenzó a hacerse presente en sus ojos, apretó los puños, y luego me dio una mirada de odio puro.
Se acerco a mi, hasta el punto en el que su aliento chocaba contra mi rostro. Hice una mueca de asco.
—Eres una zorra— Murmuró, contra mi cuello.
—¡Suéltame, enfermo de mierda!— Exclame, dándole un puñetazo en la cara.
Me tomo por los hombros, y me tiro otra vez contra los casilleros.
No había estado comiendo prácticamente nada en estas últimas semana, y eso provocaba que estuviera más débil y cansada de lo normal, además, no tenía mucha oportunidad contra alguien que casi me doblaba en altura y musculatura.
—Eres un cobarde, y un cerdo— Dije, mirándolo con asco.
Él me miro con odio, y luego su expresión se relajo.
—¿Sabes algo?, puedo olvidar todo esto, solo tienes que...
—Jamás, jamás en la vida, estaría contigo— Dije, interrumpiendolo.
Gruño de frustración, y luego levanto la mano.
La cabeza me daba vueltas, y ni siquiera tome en cuenta el hecho de que posiblemente me fuera a golpear.
De un momento a otro, el imbécil me había soltado, y alguien se encontraba golpeandolo brutalmente. Mi vista estaba nublada, pero aún así pude reconocer a la persona que lo golpeaba; Shawn.
Jonathan casi no se defendía, era demasiado lento, y sus golpes no alcanzaban a Shawn.
—¡No vuelvas a tocarla, jamás en tu vida!— Exclamó, Shawn, tomándole por la camisa.
El cuerpo de Jonathan impactó contra los casilleros, con el doble de fuerza que había impactado el mío. Escuche como Shawn comenzaba a decirle algo.
—No la vuelvas a tocar, no la vuelvas a mirar, ni siquiera vuelvas a respirar el mismo aire que mi chica— Le dijo, furioso.
Me sentía cada vez peor, no tenía fuerzas, estaba cada vez más débil, parecía que en cualquier momento caería al suelo desmayada.
Jonathan se encontraba sin aliento, y en cuanto Shawn lo soltó, se fue corriendo.
Sus hermosos ojos... eso fue lo último que vi, antes de caer al suelo, y que todo se volviera negro...
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Una disculpa por la demora, espero que les guste. Gracias por leer, comentar, y votar:) xx
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Strings; memories never die✨ ➳s.m
Fanfic"-Jamás lo lograría, porque los recuerdos nunca mueren... Nuestros recuerdos nunca morirán, Shawn." Estrictamente prohibida la copia parcial o completa de la historia.