Cuando Eddie se inclina sobre ti para besarte, te quedas paralizada por la emoción.
En ocasiones anteriores, al besarte, siempre había sido apresurado y posesivo. Se apoderaba de ti y devoraba tus labios en besos tan ardientes que te dejaban sin aliento y las rodillas sin fuerzas.
Pero esta vez es diferente. Su mano, acariciando tu mejilla, alza muy despacio tu rostro hacia él, y posa suavísimamente sus labios sobre los tuyos, como acariciándolos. Ignorabas que un hombre tan pasional como él también pudiera tratarte con tanta delicadeza. Casi tienes ganas de llorar.
No puedes evitarlo y alzas los brazos para cruzarlos sobre su nuca, atrayéndolo hacia ti para profundizar en el beso. Él gime contra tus labios y te estrecha contra su pecho, pero ahora no hay la urgencia carnal de las otras veces: cada beso y cada caricia están llenos de ternura, de cariño.
Recuerdas que ya sabe de tus sentimientos hacia él, tú misma se lo gritaste a la cara. Y, después de su propia confesión hacia ti, ahora tú también sabes que a Eddie... le importas. No sabes si es amor, pero está claro que es más que un simple afecto amistoso.
En un segundo plano, mientras te dejas llevar, te preguntas qué estará pensando Venom de todo esto. Abres los ojos, intentando vislumbrar su rostro y su expresión por detrás de la cabeza de Eddie, pero no le ves. Tal vez se ha replegado, para daros más intimidad; te sorprende tanta consideración. Probablemente, dentro del cuerpo de tu vecino, el simbionte se esté frotando las manos (o más bien, los tentáculos) por haber logrado salirse con la suya.
Aunque, volviendo a aquella noche en la que te hizo su propuesta, también recuerdas cómo acabó. Deseas a Eddie, le necesitas, quieres continuar con esto más que nada en el mundo... pero ya sabes adónde te va a llevar ese camino.
—Eddie... —murmuras, separándote un poco. Al principio él no parece escucharte: está demasiado concentrado recorriendo con besos tu mejilla y tu mandíbula para bajar hasta tu cuello, haciéndote estremecer. Detenerle debe de ser, seguramente, de las cosas más difíciles que hayas hecho en tu vida, pero tienes que hacerlo—. Eddie, para.
—¿Qué? —se sorprende, pero se detiene inmediatamente y se aparta, con gesto avergonzado. Es como si de repente fuera consciente de lo que está haciendo—. Mierda, lo siento. No pretendía...
—No es que no quiera seguir, pero ya hemos pasado por esto antes —explicas, tratando de mantener la calma—. Si continuamos, ¿acabará igual? Es decir, ¿te echarás atrás por alguna razón que no entiendo y que te niegas a contarme y yo volveré a quedarme aquí con cara de imbécil?
—Es verdad. —Suspira, mesándose el cuero cabelludo con las manos, mientras permanece sentado junto a ti en el sofá—. Tienes derecho a sentirte así. He sido un... ¿cómo me llamaste? —Se queda un momento en suspenso, supones que Venom está respondiendo a su pregunta—. Sí, gracias, ahora me acuerdo —le contesta, antes de volver su atención hacia ti—. "El peor calientabragas de la historia".
—Lo siento —te excusas, abochornada tú también.
—No, si tienes razón. Te he tratado fatal y no te he dado la menor explicación. Y tú las mereces todas. —Hace una pausa—. Tal vez sea una de las razones por las que me alegro de haber vuelto. Necesitaba hablar contigo sobre lo que ocurrió la otra noche y por qué me porté como lo hice. Quiero ser lo más sincero posible contigo y espero que tú también lo seas.
—Está bien —asientes—. Te escucho.
¿Recuerdas aquel momento en que estuviste entre varias opciones de reacción, como si estuvieras en un concurso de preguntas y respuestas? (*) Tenías que decidir entre ser reivindicativa, asertiva, dispuesta a satisfacer tus deseos sin complicaciones o cobarde como una avestruz.
Acabas de darte cuenta de que has hecho todo lo de esa lista, salvo una cosa: comunicarte con él. Pero comunicarte en serio, abriendo tu corazón para que él (ellos) abran el suyo. Es la única forma en que podréis salvar vuestra amistad... si es eso lo que quieres salvar.
Al final, la respuesta correcta era la opción B. Siempre lo fue.
***
(*) Por si os lo estáis preguntando, es una nueva alusión al capítulo 56.
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Cupcakes de chocolate (Eddie Brock y tú)
FanficFantasía romántica (y picante) con Eddie Brock / lectora, perfumada con el dulce aroma de unos cupcakes de chocolate y ambientada al ritmo de clásicos de los ochenta. Eddie Brock es tu vecinito buenorro del apartamento de enfrente. Te atrae una barb...