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—...Y entonces te conocimos. Y Venom empezó otra vez con su tontería de querer incorporar una chica a nuestra relación.

«¿Tontería?» protesta Venom, bastante molesto. «¡Necesitamos una mujer! ¡la necesitas!»

—¡Eso no es verdad!

«¿No acabas de decir que te siguen gustando las mujeres?»

—¡Claro que me gustan! —Eddie se impacienta de nuevo—. ¡Me encantan las mujeres, y me encanta t/n! —Te señala, lo que hace que te sonrojes—. ¡Pero todo esto es demasiado follón, no es justo para ella que la metamos en algo así! ¡Solo quiero protegerla, ¿vale?! —acaba diciendo, lo que te deja atónita.

—¿Protegerme? ¿De qué, de quién?

—De nosotros. Mira... —suspira, tras una pausa—, viendo pasadas experiencias, no soy precisamente buen material de novio.

«Bueno, yo compenso por los dos», replica Venom, de forma un tanto cínica.

—¿Dices eso por lo que pasó con Anne, cuando la despidieron porque cotilleaste en su ordenador? —planteas hacia Eddie, con precaución.

—Por eso... y por más cosas. En serio t/n, no soy la mejor persona del mundo para involucrarse conmigo... y mucho menos sentimentalmente.

—No te creo —afirmas. Vale, no es que le conozcas desde la infancia, pero has estado compartiendo gran parte de tu vida con él durante casi un año. Es una buena persona y nada de lo que pueda decir te sacará de ese convencimiento.

Eddie vuelve a mesarse el cabello en un gesto que puede ser de desolación o de pura frustración, no estás segura.

—Recuerdo la última entrevista que tuve con Cletus Kasady antes de que lo llevaran a ejecutar. Él me dijo... —Se interrumpe, llevado por los recuerdos.

—¿Qué te dijo?

—Me dijo que los dos éramos iguales, retorcidos por dentro. Y que yo era como un cáncer para todas las personas que me han querido.

Venom se indigna:

«¡Joder, Eddie! ¿De verdad te tomaste en serio esa mierda? ¡Sabes que dijo todo aquello para provocarte!»

—Sí, pero eso no quiere decir que no sea verdad. Maté a mi madre al nacer...

—¡Pero eso no fue culpa tuya! —protestas—. ¿Quién en su sano juicio puede creer que la muerte de una mujer durante el parto es culpa del bebé? ¡Son las circunstancias, por mala suerte, mala atención médica...!

—Ya lo sé —te corta Eddie—. Racionalmente, lo sé. Pero esto... —se señala el pecho—, me dice otra cosa. Y después de eso, arruiné mi carrera y mi vida; y estuve a punto de hacer lo mismo con Anne. Solo empezó a irle bien después de que me dejó. Yo también soy tóxico, ¿sabes? Hasta el punto de que solo un alienígena devoracerebros puede resistir el contacto continuado conmigo sin verse afectado por mi mal fario. Y ya me siento bastante culpable por dejar que seas nuestra amiga y exponerte a todo el riesgo que conlleva juntarte con nosotros, así que no puedo permitir que cruces ese límite.

Tienes ganas de llorar, y de abrazar a Eddie. Y te gustaría revivir a ese cabronazo de Kasady y patearle los huevos hasta el cansancio por haber envenenado así su mente.

—Eddie, tú no eres como Cletus Kasady.

—Bueno, no del todo, menos mal. —Deja escapar una risita amarga—. Yo no me voy cargando a la gente por diversión.

—Es mucho más que eso. Por lo que me contaste, cuando se vinculó con el simbionte que salió de Venom, surgió ese monstruo, Carnage, ¿cierto?

«Los hijos son un grano en el culo», bromea Venom; mientras Eddie hace un gesto afirmativo a tu comentario.

—...Y lo mismo ocurrió con Carlton Drake. Al vincularse con aquel simbionte compañero de Venom, el resultado fue otra feroz criatura asesina.

«En defensa de mi especie, ni Riot ni Carnage estaban muy bien de la olla. No todos los Klyntar que se vinculan con anfitriones nativos se convierten en monstruos psicópatas»

—¡Exacto! —exclamas—. Pero no solo se trata del simbionte. Según lo que me dijisteis, este se adapta a la personalidad del anfitrión y la intensifica, ¿no es verdad, Venom?

Este parece pensar su respuesta:

«Es algo un poco más complejo que eso, pero... sí, a grandes rasgos»

—El simbionte que se vinculó con Kasady se convirtió en un monstruo, y lo mismo el que se vinculó con Drake. Pero Venom... —te inclinas hacia Eddie, entusiasmada con tu discurso—, al vincularse contigo, no se convirtió en un monstruo, sino en un héroe. O antihéroe, o como queráis llamarlo —te corriges.

Tu vecino esboza una débil sonrisa conmovida.

—Sé que intentas animarme, pero... —No le dejas acabar.

—...Convertiste a un ser depredador alienígena en alguien más humano que muchos humanos reales que he conocido. —No es la primera vez que mencionas ese razonamiento, pero es la verdad—. Es más, lo convertiste en una buena persona, solo porque se vinculó a ti, porque absorbió parte de tu carácter. ¿De verdad crees que habría ocurrido de esa forma si fueras alguien "retorcido", como tú dices?

Él no contesta, solo te mira con los ojos brillantes; y ahora eres tú quien apoya su mano sobre su mejilla. Él no rehúye tu contacto, sino que posa su mano sobre la tuya para apretarla contra él.

—Eddie Brock, puede que no seas perfecto... —Para ti lo es, pero sabes que no te creerá si se lo dices así—, pero eres una persona decente, una de las pocas que he conocido en mi vida. Igual que Venom. Los dos sois seres brillantes y excepcionales, y aunque sea solo como amiga, tengo mucha suerte de haberos conocido. Y este universo tiene mucha suerte de que hayáis vuelto y  sigáis estando en él.

Cupcakes de chocolate (Eddie Brock y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora