𝙲𝚞𝚊𝚛𝚎𝚗𝚝𝚊 𝚢 𝚌𝚞𝚊𝚝𝚛𝚘

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Narra Charlie,

Era su primera vez de eso no había duda, lo nerviosa que estaba cuando sus prendas caídas, o como tenía miedo de tocarme y quitarme la ropa. Yo guié todo el acto, no me importó en lo más mínimo, lo único que me importaba es que ahora ella es mía, y yo soy suyo.

Estaba nervioso no lo negaría, nunca lo haría, la única vez que estuve con una virgen, fue cuando yo perdí mi virginidad, mientras crecí lo seguí haciendo con chicas que ya tenía experiencias, pero Adaliah... Adaliah me permitió ser el primero.

Fui el primero en quitarle la ropa, el primero sin verla con ropa y el primero que la hizo sentir el placer máximo, ella se veía jodidamente adorable, con sus mejillas rojas, sobre todo cuando le quite el sostén. Todo en Ella era Perfecto, no quiero que se termine nunca.

Mi mano estaba en su espalda desnuda, le daba caricias mientras ella dormía, yo no podía, su cuerpo Perfecto me tenía cautivado y lo que me hizo sentir, no la hice mía solo una vez, fueron varias en realidad. Ella quedó agotada, le permití dormir, pero yo no lo haría, le daría caricias toda la noche y la despertaría con besos por la mañana.

—Te amo mi Adaliah.—dije acercándola más a mi.

Narra Adaliah.

Era el campamento pero todo era un caos, más d elfo usual. Los monstruos nos atacaban, mi espada estaba en mi mano, di una vuelta para ver mi entorno y saber donde necesitaban mi ayuda, pero no me espere lo que vi.

Nueve cabelleras pelirrojas. Los Weasley.
Un azabache. Harry Potter.
Una con el cabello enmarañado. Hermione Granger.
Un hombre con los ojos grises. Sirius Black.
Un hombre con traje. El profesor Lupin.

¿Que están haciendo en el campamento?

Vi a Charlie, estaba viendo asustado detrás de mi, dijo algo, pero no escuché, lo supe por el movimiento de su boca, me giré y vi a una horda de monstruos, tome mi espada y comencé a matarlo, no podía permitir que los tocaran, solo bastó unos minutos para derrotarlos.

Ojalá lo hubiera hecho más rápido.

Todos los magos corrían por una manticora y vi con mis ojos como ella con su cola de escorpión, se la clavaba a Charlie en el pecho.

Sentí que mi mundo se caia, corrí y corte la cola y maté al monstruos, Charlie estaba desangrándose en el suelo.

—Charlie.—le dije llorando.—perdón.

—Dali...a

—No me dejes...Charlie...te amo.

El me limpió las lágrimas pesadamente.

—Te amo...Ada...

Y no volvió a hablar, yo solo gritaba y sacudía su cuerpo.

Narra Charlie.

Adaliah estaba diciendo mi nombre, no le preste cuidado, pensé que estaría soñando conmigo. Pero me equivoqué, ya que ella se comenzó a mover como una loca en la cama, y ¿lloraba? La vi a los ojos, las lágrimas caían mientras ella se movía y gritaba mi nombre.

Me acomode en la cama sin soltarla y comencé a llamarla.

—Adaliah...despierta.—dije sacudiéndola.—Amor...es un sueño.

—CHARLIE.

Ella grito y se levantó llorando, logrando que la manta se caigan mostrando sus senos y su abdomen, ella me vio y sin pensarlo se lanzó a mis brazos, yo la envolví mientras pegaba nuestros torsos.

—Estas vivo.—dijo llorando sobre mi pectoral.

—Claro que estoy vivo mi amor.—le dije acariciado su espalda alta, baja y media, dándole caricias en círculos para calmarla.

Una Slyterin muy diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora