Una Slyterin muy diferente

𝙲𝚒𝚗𝚌𝚞𝚎𝚗𝚝𝚊 𝚢 𝚌𝚒𝚗𝚌𝚘

Narra Adaliah

Tarde  2 meses más en recuperarme, pero ahora podía caminar sola, lo único que no podía era hacer algún tipo de esfuerzo. Me estaba despidiendo de mi padre para volver a Hogwarts.

—Llevaré esto a la chimenea.—Me dijo Charlie, cargando mi equipaje hacia la chimenea.

Fui al porche de la casa grande, donde mi padre me dijo que estaría.

—Ya me voy papá.

El se giró y me vio ya con mi uniforme, abro sus brazos y yo fui a que me abrazara.

—Trata de no darme otro susto cómo estos.—Yo asentí mientras lo veía.—Disfruta tu último año, que al parecer después ya tienes planes.

El bajo su vista a mi anillo, el único que utilizo, ya que nunca fui fantástica de ellos. Yo me sonroje, porque aunque mi padre supiera que Charlie y yo los comprometimos, es extraño que me tire esas indirectas.

—Si, Charlie y yo pensamos en tener una boda pequeña, solos los hermanos de Charlie sus padres, y conmigo sería Mariana y tú y también invitaré a Tanatos, tal vez a Hades y persefone, aunque dudo que asistan.

—Tal vez te lleves una sorpresa.

El me abrazo por los hombros, sin tocar mi abdomen ya que aún lo tenía vendado.

—Cuídate mi niña.

—Lo hare papá.

Entre a la casa despacio, y fui al estudio en donde ya estaba Charlie con las cosas en la maleta.

—¿Todo listo? —me pregunto.

—Si, lo estoy.

Nos metimos en la chimenea, Charlie me abrazo de los hombros y nos llevó por red flu a Hogwarts.

Aparecimos en la oficina de Dumblundore, el estaba en su escritorio.

—Me alegra que se encuentre mejor señorita Edwards.

—Muchas gracias profesor.—dije limpiándome un poco mi túnica, quise agacharme para seguir limpiándome pero sentí un tirón, haciendo que tocara mi costado lastimado.

—Ven, no te esfuerces, yo lo hago.

El me ayudó a enderezarme y me quitó el polvo de la ropa.

—Al parecer aún está un poco lastimada.

—Si.—reconocí.—Casi muero y mi herida va de lado a lado, aún no puedo hacer fuerza y mucho menos caminar rápido.

—Hablaré con el profesorado.

—Profesor me gustaría llevar a mi prometida a su habitación.—dijo Charlie haciéndome sonrojar.—Para ayudarle a acomodarse y de todo, ¿puedo?

—Claro que si joven Weasley.—el profesor sonrió,—No sabía que estaban comprometidos.

—Lo estamos hace ya un mes, nos casaremos cuando Adaliah salga de la escuela.

—Felicidades jóvenes.

—Gracias profesor.—le dije.

Y junto a Charlie fuimos a mi sala común, nos demoramos mucho bajando las escaleras, cuando digo mucho es mucho. Aún no llegábamos y ya no era capaz.

—Creo que aún necesitas descansar,—me dijo Charlie cuando llegamos a las mazmorras.—¿Quieres volver al campamento?

—No, yo debo empezar a valerme por mi.

—Como quieras, solo prométeme que te cuidarás, quiero a mi novia perfecta para que sea mi esposa.

—Eres muy tierno

El me tomó de la mano y fuimos a mi sala común en donde entramos.

—Nunca estuve aquí en esta sala.—me dijo.

—Pues bienvenido.