𝚄𝚗𝚘

4.7K 451 3
                                    

Narra Adaliah.

Edad 5 años.

Me encontraba dando un paseo con mi papá Quiron por el campamento, yo sabía que Quiron no era mi padre, pero el me a criado así que para mi lo es.

—Dalia debo ver qué pasa con esos campistas, quédate aquí sentada un momento hija.

—Si papá.

El me bajo de su lomo y me dejó sentada debajo de un árbol, intenté quedarme quieta pero alguien como yo con problemas de atención era imposible, así que me pare y comencé a dar vueltas alrededor del árbol. Hasta que veo que llagan unos niños mucho más mayores que yo.

—Hola soy Adaliah.—dije, ya que no tenía muchos amigos. Todos aquí eran niños muy grandes y no hablaban conmigo

—Así que eres la famosa hija de Tánatos, te vez muy...viva.

—No entiendo.—le dije al niño.

—Thomas esta niña está de,asilado viva mira.

El Niño llegó y me jalo mi cabello muy fuerte, logrando que cayera al suelo y comenzara a llorar.

—La bebé tiene miedo.—se burlo otro.

Narrador omnisciente.

La tierra donde La Niña lloraba se comenzó a secar alrededor del árbol, al árbol sus ojos se le cayeron, los niños se miraban unos a otros sin saber que hacer.

—¿Que haces niña tonta?-dijo un niño empujándola

—VÁYANSE.

La Niña gritó logrando que un halo de oscuridad empujara a los niños, quemando todos los campos de fresa que estaban al rededor. La Niña siguió llorando asustada y el suelo se agrietó y comenzaron a salir esqueletos.

—¿Que está sucediendo aquí?—quiron había llegado al galope a ver que había otro problema.—Adaliah.

El fue rápido a cargar a su hija, esquivando los esqueletos.

—Papi.

La Niña se abrazo a su cuello, el centauro acariciaba la espalda de La Niña, logrando que se calmara, pero que los esqueletos quedaran ahí, sin un rumbo estaban esperando órdenes.

—Luego hablaré con ustedes jóvenes.

Fue lo último que dijo Quiron y se llevó a su hija hasta la casa grande, donde la acostó en la cama.

—¿Estás bien cariño?

—Se rieron y me jalaron mi pelo...también me empujaron.—dijo llorando.

—Ya no lo harán, castigaré a los que te hicieron esto.—el le acariciaba el cabello a su hija, cuando ve que unos esqueletos entraron en el cuarto.—VAYANSE.

Los esqueletos no Obedecieron, se quedaron viendo a La Niña que los invoco no les tenía miedo antes le ofreció la mano, el esqueleto se la dio y La Niña se rió.

El cuarto se oscureció y por la ventana entró una sombra, que hace cinco años no se veía por aquí.

—Lord Tánatos.

—Veo que mi hija se encuentra bien y sus poderes ya salieron a luz... —ella vio a La Niña que estaba muy ocupada jugando con el esqueleto.—Mañana empezara su entrenamiento, de sus poderes y de armas.

—Lord es muy pequeña aun.—dijo el centauro con miedo.

—Al parecer te encariñaste.

—Si mi lord, La quiero como si fuera mi hija.

Una Slyterin muy diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora