𝚂𝚎𝚝𝚎𝚗𝚝𝚊 𝚢 𝚝𝚛𝚎𝚜

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Narra Adaliah.

Hoy volvía a empezar las clases, me estaba viendo al espejo, tenía un vestido que ya marcaba mi pancita de embarazo de tres meses. Yo lo estaba acariciando mientras pensaba, cómo serían las cosas ahora que todo el mundo viera a la esposa de uno de los maestros embarazada. Sentí como la puerta del cuarto se abrió y giré rápido mi mirada para ver a Charlie entrando.

—Estas hermosa.—Me dijo y se acercó a mi besándome y poniendo su mano en mi vientre.—¿Como estas?

—Me siento como el primer día que fui hace un año. Solo que ahora todos saben que estoy tu esposa, ahora me verán embarazada.

El me sonrió tranquilizadora mente.

—Mo le hagas caso a nadie, ya los profesores están al corriente cariño, y las clases que elegiste a no las eligen muchas personas.

Yo me reí.

—No las eligen ya Que le tienen miedo al fuego del infierno.

—Exacto, te vas a especializar en el cuidado de los dragones bebés, una área que casi nadie estudia, estarán bien los dos.

—¿Sabes que te amo mucho amor?—le pregunté.

—Si es igual a como yo te amo, si. —el se arrodilló y besó mi vientre.—Te amo mucho chiquitín, no le des vomito ni nada a tu mamá, ella debe estar bien en clases hoy.—Se levantó.—Ahora vamos.

Fuimos hasta la chimenea y aparecimos en la oficina de Charlie, el me ayudó a limpiarme el hollín con el que quede sucia.

—Ahora dejemos esto por aqui.—dijo dejando su bolso y el almuerzo.—Te llevaré al patio donde tienes tu primera clase.

—No puedo creer que ya te aprendieras mi horario.

—Tu también te aprendiste el mío.—me recordó.—Y debo saberlo para asegurarme que los 2 estén bien

Fuimos al patio, tomados del brazo, algunos saludaban a Charlie y muy pocos a mi.

—Felicidades profesor Weasley.—dijeron un grupo de chicos cuando pasamos.

—Gracias jovenes.—Les respondió con una sonrisa.—Vez cariño, nadie dice nada. Créeme hoy recibirás muchas felicitaciones.

—Tal vez tengas razón, creo que me relajaré.

—Esa es mi esposa.

Llegamos al lugar de la clase en donde había sólo dos alumnos y el maestro, apenas nos vio vino el maestro Samuel.

—Charlie amigo.—saludo.- Felicidades por lo del bebé.

—Gracias amigo.—le respondió mi esposo.—cuidarás a mi esposa y mi hijo.

—Claro.—Me vio a mi—Felicidades por su hijo señora Weasley.

—Gracias profesor, pero creo que me puedes llamas Adaliah.—le dije, aún no me acostumbro a lo de señora.

—Ya lo veremos, ahora...—Vio a mi esposo.—Yo tengo que dar una clase y tú también amigo,

—Cierto...—Charlie me beso en la frente.—Cuídate, y cuida a este pequeño.

—Lo hare, que te vaya bien.

Una Slyterin muy diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora