𝙲𝚒𝚗𝚌𝚞𝚎𝚗𝚝𝚊 𝚢 𝚌𝚞𝚊𝚝𝚛𝚘

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Narra Charlie.

Adaliah se durmió después de almorzar, por lo que nos dijo un hijo de Apolo el medicamento le daría mucho sueño, así que yo la cuidaba mientras mi suegro vigilaba a los otros campistas, ya que los demás se tuvieron que ir a la escuela o a sus trabajos.

Yo salí un momento de la casa grande buscando a mi suegro, tenia una petición que hacerle, por suerte lo encontré solo en el porte de la casa.

Tome aire y con pasos decididos me acerque a el y lo llame.

—Señor Quiron.

El se giro y me vio atentamente.

—Le sucede algo a Adaliah?

Fue lo que pregunto, claro es su hija.

—No, ella esta dormida por ele medicamento.—Tome aire.—Puedo hablar con usted señor?

El me volvió a ver, tiene una mirada como si la sabiduría habitara en sus ojos.

—Claro, siéntate.

Me senté en la silla que había en la mesa, quedando frente a frente, el en su silla de ruedas y yo en la silla donde suele estar el señor D.

—Que quieres decirme?—Me pregunto.

Yo tome aire.

—Me gustaría hacerle una petición.—dije jugando con mis manos en mi regazo.

—Dila.—Ordenó.

Solté el aire y lo vi a los ojos.

—El amor no entiende de edades, sino de conexiones sinceras y sentimientos verdaderos. Quiero asegurarle, con todo mi corazón, que mi intención es cuidar, respetar y amar a Adaliah como se merece, sin importar nuestras diferencias de edad. Juntos, enfrentaremos el futuro con valentía y cariño, buscando construir un camino lleno de felicidad y crecimiento mutuo.

—¿Por que me dices eso?

—Entiendo que nuestras edades puedan generar preocupaciones, pero quiero que sepa que mi compromiso es ser un apoyo incondicional para Adaliah en su desarrollo y crecimiento. Deseo compartir sueños, metas y experiencias, construyendo una relación basada en la confianza y el respeto mutuo. Nuestro amor es genuino y estamos dispuestos a enfrentar juntos cualquier obstáculo que se presente en el camino. Le aseguro que mi intención es cuidarla, protegerla y hacerla feliz en cada paso que demos juntos.

—¿No entiendo que quieres pedirme muchacho?

—Estoy aquí para pedir la mano de su hija en matrimonio con toda sinceridad y respeto, sin importar nuestras diferencias de edad. Estoy decidido a seguir las costumbres griegas antiguas que ustedes siguen y honrar nuestro compromiso con amor, paciencia y fidelidad. Quiero construir una vida juntos.

El se quedó viéndome directamente cuando soltando una sonrisa me dijo.

—Charlie, después de escuchar tus palabras y observar el amor y respeto que muestras hacia mi hija, estoy convencido de que eres un hombre maduro y comprometido. Tu disposición a seguir las costumbres griegas antiguas muestra tu dedicación y respeto hacia nuestra cultura y tradiciones y que respetas a mi hija como la heroes griega que es. Adaliah es una parte preciada de mi, y si ella ha encontrado en ti un compañero en quien confiar y amar, no puedo hacer otra cosa que aceptarte como el futuro esposo de mi hija. Acepto esto, ya que se que en tu mundo están en guerra, cualquier cosa puede pasar en las guerras y se como es la vida de mi hija, si tú le puedes dar felicidad, ya que como viste la vida de un mestizo no es fácil y se puede morir, quiero que la hagas feliz. Confío en que juntos construirán una vida llena de felicidad, amor y prosperidad. Estamos aquí para apoyarlos en cada paso de este emocionante camino que están a punto de emprender. Así que puedes casarte con mi hija.

Una Slyterin muy diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora