𝚅𝚎𝚒𝚗𝚝𝚒𝚗𝚞𝚎𝚟𝚎

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Narra Adaliah.

El partido fue fantástico, había ganado Irlanda y fue bueno burlase de Ron ya que parece enamorado de ese jugador búlgaro, súper famoso, todos la habíamos pasado genial, yo,e divertí como nunca.

Estaba dormida, cuando escuché mucho ruido afuera, luego adentro de la tienda era el señor Weasley levantándonos a todos.

—Levántense rápido, dejen todo.—dijo el mientras todos despertábamos.

—¿que pasa señor Weasley?—pregunte.

—Nos están atacando.—dijo rápido, vi como Bill y Charlie sacaban sus varitas.—Vayan todos a los trasladores, rápido y traten de no separarse, Fred y George llevaran a Harry, ron y Hermione, Bill y Charlie lleva a Ginny y Adaliah. VAYANSE.—grito.

Todos reaccionamos mucho más rápido y nos colocamos zapatos, yo tome a oreo y sin importar me colgué mi mochila, mientras todos corrían saqué mis dagas.

—Vámonos Dalia deja todo.—me grito Charlie en la puerta de la tienda.

Yo me colgué el bolso y salí corriendo, solo se veía a Bill y mucha gente, lanzando hechizos.

—¿Ginny?—pregunte.

—Estaba conmigo, pero papá le tomó la mano y se la llevó, solo somos los tres.—dijo Bill.

—Vamos rápido.

Ellos me dejaron en el medio, ya que yo aún no podía usar mi varita, pero tenía más magia, que no podía usar si no me iba adelantar, había mucha gente que nos empuja de un lado para el otro, sentí que daba vueltas, me sentía en un campo de batalla, vi a un lado y vi que alguien nos miraba raro, alzo su varita y le apuntó a Bill. Mierda.

—BILL ABAJO.

Lo tiré al piso mientras hacía una pared de sombra con mis manos, bloqueando el hechizo, moví mi mano y la sombra se fue de golpe a donde la mato y cayó al suelo creo que desmayado.

—¿Que?—pregunta Bill.

—Luego te cuento tenemos que irnos.—le tome de la mano y lo oblique a pararse.

Ya no me importaba que me vieran, así que hechizo que ellos no pudiera bloquear yo los defendía, nos empujaron y nos separaron quedando Bill y yo a un lado y Charlie al otro.

—Debemos ir por el.—dijo Bill.

—Lo se.

Nos metimos a empujones por donde se había llevado a Charlie, la ventaja era que su cabellera roja nos daba un pequeño chance de encontrarlo.

—¿Como haces magia sin varita?—Me pregunta Bill mientras sigue atacado.

—No la necesito...LOCO.—Le dije a alguien que casi se tiro encima mío, yo lo arrojé al piso como una persona decente.

—¿Te hizo algo?—Preguntó Bill disparamos hechizos.

—¿El loco? No... CHARLIE.

El se estaba defendiendo de varios, a escuchar mi grito, muchas luces fueron a él, pero yo no se lo permití, lo rodeé con una sombra que devolvió los hechizo. Me solté de la mano de Bill y fui a donde el estaba.

—¿estás bien?

—Si, gracias.

—VÁMONOS.—Dijo Bill.

Pero unos enmascarados nos rodearon, uno habló.

—Niñita, nuestros amo te querrá en sus filas.—dijo

—Yo no, que amable.

Bill y Charlie tenían las varitas arriba, pero eran muchos. Yo le prometí a mi padre que no haría esto a no ser que fuera necesario. Esto es necesario. Tome aire y cante.

A la nanita nana, nanita ella, nanita ella
Mi niña tiene sueño, bendito sea, bendito sea
A la nanita nana, nanita ella, nanita ella
Mi niña tiene sueño, bendito sea, bendito sea.

Los chicos me veían raro, pero les señalé a nuestros desafiantes, ellos soltaban sus varitas y se iban retorciendo. Estaba funcionando.
Estaba convirtiendo una canción de cuna para niños, en una canción asesina.

Fuentecita que corre clara y sonora
Ruiseñor que en la selva, cantando y llora
Calla mientras la cuna, se balancea
A la nanita nana, nanita ella.

El suelo se comenzó a abrir, yo le hice una seña a los chicos que tomaran mis manos, ellos lo hicieron. Los atacantes se retorcían en el suelo. No los iba a matar, así están bien.

—CORRAN.

Ambos me obedecieron y salimos corriendo, hasta un lugar que estaba vacío, parecía que los ataques habían mermado. Yo me sentía mariaf así que me senté en el suelo.

—Exijo una explicación de que era eso.—dijo Bill.

Yo no conteste, me quite la maleta y saqué mis reservas de ambrosía y néctar, me lo comí y me sentí mejor para comenzar a hablar.

—Supongo que tienes derecho a saberlo.—dije viéndolo.

—¿Saber que?—dijo estando parado y viendo a su hermano.—¿Sabes de que habla?

—Si.—dijo Charlie.

—Soy una semidiosa Bill, soy mitad dios y mitad mortal en mi caso mitad bruja, mi madre era una bruja, mi padre es el dios Tánatos dios de la muerte pacífica, eso que viste es un poder que yo tengo, puedo provocarle la muerte a las personas, así que convertí una canción de cuna en una canción para matar, estaba alejando sus almas de su cuerpo.—vi su cara de miedo.—tranquilo quedaron vivos, pero nos dio tiempo de escapar.

—¿Todo es enserio?—pregunto Bill a Charlie.

—Si, el día que dormimos juntos fue porque había descubierto que era Adaliah.

—¿Puedes guardar mi secreto Bill?—dije viéndolo a los ojos.

El suspiro mientras se sujetaba la cabeza.

—Lo haré, la magia existe porque no los dioses, ya se porque te llaman hija de la muerte.—se agacho a mi altura.—eso que hiciste fue asombroso, solo trata de no hacerlo muy seguido, eso da miedo.

Yo reí.

—Está bien. Gracias.

—No hay de que, vamos a buscar a los demás.

Charlie me ayudó a levantarme y fuimos a buscar a los demás, mientras en camino vimos la marca tenebrosa en el cielo, ellos me explicaron que era.
Con todos los integrantes juntos volvimos a la madriguera.

Una Slyterin muy diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora