𝙲𝚞𝚊𝚛𝚎𝚗𝚝𝚊 𝚢 𝚞𝚗𝚘

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Narra Adaliah .

Unos labios me besan.
Yo beso unos labios.
Nos estamos besando.
Estoy besando a mi novio.

Mi novio, la primera vez que alguien tiene ese título, también es la primera vez que yo soy la novia de alguien.

Me estoy besando con Charlie Weasley.
Mi novio es Charlie Weasley. Un pelirrojo musculoso que todo su torso y brazos me cubre, (eso que yo soy fuerte, muy fuerte. Pero no tengo esa cantidad de músculos) sus grandes manos...una estaba en mi nuca para que no me separara mucho de nuestros besos, mientras que la otra pasaba de mi brazo a mi cintura y de mi cintura a mi cadera. Mientras mis manos pasaban de su cuello a su pecho y abdomen.

—Nunca sabía que besar a una chica tan hermosa me haría tan feliz.—Dijo sobre mis labios.

Una de mis manos subió a su nuca, donde sentí su cola de caballo y comencé a acariciar mientras nos besábamos, logrando que el se estremeciera.

—¿Como te puede parecer hermosa alguien con sangre del infierno?

Le pregunté mientras nos veíamos a los ojos y nuestras respiraciones se juntaban

—Tal vez estoy loco, pero la chica con sangre del infierno es mi perdición y mi cura.

Lo bese, lo bese asegurándole que lo que sentía por el era tan fuerte, que yo podía ser mucho mejor que con todas las chicas que se a besado, se que puedo ser mejor que todas ella para el.

Narra Charlie.

El cuerpo de Adaliah es muy pequeño...bueno yo mido 1.93 y ella mide 1.72, sigue siendo muy pequeña en comparación a mi, así que yo prácticamente la cubría a ella, no me importaba. Sentía que lo que tenía con. Adaliah valía hora, valía más que con alquiera otra chica con la que pude estar, se lo mostrare.

Me separé con cuidado por completo de ella, le acomode un poco el cabello y le dije.

—¿Quieres salir por un café?

Ella me miró extrañada.

—A ti no te gusta el café, me lo dijiste.—dijo ella viéndome a los ojos.

Yo sonreí como un tonto.

—Es cierto, cuando lo probé no me gusto para nada el café.—tome su mano.—Pero a ti te encanta el café, quiero llevarte a tomar uno a una cafetería aquí cercana, contigo puede que me guste el café.

Ella negó con la cabeza mientras reía.

—Char si me quieres llevar a algún sitio, puede ser donde venda té, a los dos nos gusta.

—No quiero llevarte a la cafetería, es la única por aquí que vende café.

Me pare del sillón y le ofrecí mi mano.

—¿Vienes?—le pregunté.

Ella sonrió y tomó mi mano.

—Claro.

***

Teníamos los cafés en unos envases plásticos blancos, yo pedí un Capuchino y mi novia creo que un Americano.

Teníamos los cafés en unos envases plásticos blancos, yo pedí un Capuchino y mi novia creo que un Americano

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Adaliah tomó sin problema de su vaso.

—Que café más bueno.—Ella me vio y me dejó un pequeño beso, muy rápido que no me dejó saborear.—Es cierto, que café mas bueno.

—Me alegra que te gustara, pero...—Tome su mentón.—Si me vas a besar, me vas a besar bien, no a medias. No me importa que me beses en público.

Sujete sus mejillas y la bese, saboreando el café, era dulce en comparación a lo que creía. Nos separamos y sonreímos. Yo vi mi vaso y le di un trago, apenas sentí ese sabor en mi garganta estaba realmente amargo, y no le pedí azúcar.

—Sabes que si no te gusta puedes esperar y yo me lo tomo, ¿verdad?

No quería mostrarle que no me gustaba algo que ella fascinaba, pero creo que es mejor ser sincero. Con una sonrisa apenada le di el vaso

—el café no es lo mío.

Ella se rió levemente.

—No te preocupes.

Yo sonreí y la bese

Una Slyterin muy diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora