Narra Adaliah.
Estaba sirviéndome la comida, iba a tomar una servilleta para guardar comida y luego hacer mi ofrenda a los dioses en un baño, lo quemo con fuego infierno, así hice en la casa Weasley. Cuando un profesor que parecía un vampiro se acercó.
—Señorita Edwards.—me llamo.
—¿Si?—dije apretando la servilleta vacía.
—Soy el profesor Snape, su jefe de casa.—me dijo el vampiro.—estoy al tanto de su situación por parte de Dumblundore, todos los profesores los sabemos. Así que tome su plato de comida y venga conmigo
Yo no hice nada, me quede así.
—Debo repetírselo.
Tome mi plato y me levante, comencé a caminar detrás de él, a un lado de la mesa de profesores había una vasija rara y al frente estaba Dumblundore.
—Señorita Edwards, sabemos lo de sus tradiciones, aquí lo podrá hacer.
Hizo un movimiento con su varita y la hoguera se prendió, lo mire a los ojos y luego al vampiro. Tiré una presa de pollo.
—Para ti papá, que lo disfrutes.—Dije a la nada para ver a los profesores.—Gracias, profesor Dumblundore, profesor Snape.
—Ve a comer niña.—me dijo mi jefe de casa.
Con la mirada de todos volví a mi lugar donde me serví nuevamente la comida.
***
La cena fue muy buena, la comida deliciosa y fue divertido cuando los fantasmas llegaron de nuevo y se alejaban de mi o cuando pasaban a mi lado se inclinaban, me encontraba sentada al lado de una chica que también quedó en Slytherin de primero.
—Fue sorprendente lo que hiciste con los fantasmas.—me dijo.
Yo me giré para verla, no le podía decir simplemente que si, soy su reina.
—No se de que hablas.—le dije viéndola.
Era una chica rubia, con ojos azules.
—Vamos, todos vimos lo que le hiciste a los fantasmas, les ordenaste que se fueran y lo hicieron.-dijo con una sonrisa
—Me sentía incómoda solo quería que se fueran.
—Soy Mariana Moody.—me dijo ella, ofreciéndome la mano.
—Adaliah Edwards.—dije y lastimosamente se la estreché.
—¿De donde eres Adaliah?
—America, New York.
—No te vi en el tren con los de primero.—Me dijo ella comiendo.
—No me hice con los de primero, me hice sola.
—Eres rara.—no sabía que decir sobre eso.—Me agradas, quiero ser tu amiga.
Yo la mire a los ojos.
—¿Por que? —pregunté
—Todos necesitamos un amigo, siento que tú lo necesitas, siento que nunca has tenido un amigo.
La mire y vi sus ojos, decía la verdad. Pero ¿yo seré buena con una amiga?
—Tienes razón, nunca tengo amigos.—la vi a los ojos dejando el pollo que me estaba comiendo a un lado.—Pero creo que puedo intentarlo.
Ella sonrió y sin esperar,o me abrazo. Yo no sabía que hacer y le di 3 palmadas en la espalda.
La cena fue divertida, Mariana me contó sobre ella y su familia, le conté lo más básico sobre mi, que vivía en un campamento en New York, que vivía con mi padre y ya, ella era la que más hablaba entre las dos.
Cuando la cena se terminó, fuimos a nuestra sala común, llevados por nuestro prefecto, íbamos por las escaleras cuando nos chocamos con los Gryffindor, en la cabeza iba Charlie, se dio una mirada con el prefecto de Slytherin, y escaneo a los alumnos, apenas me vio me sonrió yo lo salude con la mano, así ambas casas se separaron, Gryffindor fue arriba por las escaleras, mientras Slytherin abajo le las escaleras.
—¿Lo conoces?—me pregunta Mariana
—Si, me quede con su familia una semana.
—Es lindo.—dijo codeándome.
Yo la mire.
—Calmada rubia.
Seguimos caminando.
—¿Ahora soy rubia? ¿No mariana?
Solo alce los hombros.
—Es más fácil, tu nombre es muy largo.
—Y el tuyo muy complicado, sombrita.
Yo la mire levantando una ceja.
—¿Sombrita?
—Claro, los fantasmas te temen, tu pelo es negro a todo dar y tus ojos, son como ver esa piedra preciosa que es negra.
—¿Ónix?
—Si, esa. Eres una sombra, sombritas.
Solo negué con la cabeza, pero esta chica me esta agradado.
—Sigamos rubia.
—Claro sombritas.
Llegamos a nuestra sala común en donde nuestra palabra para entrar era sangre pura, tan fácil cualquier persona puede entrar. Nos dijeron que las mujeres iríamos escaleras abajo por el lado derecho, hombres escaleras izquierda al fondo.
Apenas vi que las placas tenían los nombres de todos, esto será muy duro para mi. Yo no entiendo. Iba con Mariana a buscar nuestras habitaciones.—Mira nos tocó juntas.
Dijo señalando una placa, y mi nombre aparecía en inglés y en griego antiguo que maravilla.
—¿Que idioma es ese?—me pregunto Mariana entrando a la habitación, que compartíamos con otras dos chicas que no llegaban.
—Es griego.
—¿Hablas griego?—me pregunto rara.
—Si...—piensa una mentira Adaliah.—Mi padre nació en Grecia.
—Interesante, ¿hablas algún otro idioma?
Yo aún no contestaba, vi que al lado de mi cama estaba mi mochila, en una mesa estaba mi lechuza y en la silla otro uniforme limpio. Abrí mi mochila y empecé a revisar que todo estuviera en orden. Mire mi termo tenía ambrosía, tome un poco y luego néctar.
—Si, hablo mas de dos idiomas.
—¿Cuáles?—se sentó a mi lado en la cama.
La mire a los ojos
—Habló inglés, griego moderno y antiguo, latín y un poco de egipcio antiguo.
Ella abrió la boca.
—¿Como sabes todo eso?
—En mi campamento, me enseñaron y mi padre.
—En algún momento me lo tendrás que enseñar sombritas.
—Ya lo veremos rubia, primero conozcámonos.
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Una Slyterin muy diferente
FanficDos mundos que se unen, semidioses y magos. Adaliah Edwards es una de ella, hija de Tánatos dios de la muerte pacífica entre otras cosas. La madre de Adalih falleció en la primera guerra mágica dejando a una pequeña bebé de dos años de edad, casi t...