Una Slyterin muy diferente

𝚅𝚎𝚒𝚗𝚝𝚒𝚞𝚗𝚘

Narra Adaliah

Aparecí afuera de la bien conocida madriguera, toque la puerta y esperara que alguna de los Weasley hijos me abriera, pero lo que me abrió fue el grito de la señora Weasley.

—¡NIÑOS!—Apenas me vio, frunció más su ceño.—Ahh eres tú Adaliah, pasa.

—Gracias.

Entre confundida, y la casa estaba extrañamente vacía, y veía a la señora Weasley.

—¿Donde están todos señora Weasley?—le pregunté.

—No lo se, no aparecen en sus camas...tampoco está el auto.

—¿Tiene un auto?

—Eso no interesa, lleva las cosas a la habitación.

—Si señora Weasley.

Hice lo que me ordenó, se nota que está preocupada y que cuando vuelvan estarán en un problema, mientras subía me encontré a Ginny, iba a decirle hola pero ella entró rápido al baño.
En la habitación en la que me estuve quedando estos últimos años, era la que pertenecía a Bill y Charlie, así que me ubique en una de esas camas. Cuando escuché un fuerte grito.

—¿DONDE HAN ESTADO NIÑOS?

Baje un poco las escaleras y me siento en ellas, teniendo un ángulo de todo lo que pasaba, estaba Molly, Harry Potter, Ron, Fred y George Weasley siendo regalados por su madre.

—Harry que gusto verte.—dijo Molly viéndolo, después pasó su vista a sus hijos.— CAMAS VACÍAS NINGUNA NOTA NI EL AUTO, PUDIERON HABER MUERTO PUDIERON HABERLOS VISTO...

Yo trate de contener la risa, los gemelos me vieron, antes de que hicieran o dijeran algo les hice el símbolo de silencio.

—Pero no te culpo a ti Harry.—dijo Molly, logrando que yo me mordiera la lengua por las risas.

Me quede en las escaleras, cuando subieron ron y Harry.

—Ya llegaste.—dijo con desprecio Ron.

—Si ya llegue, tranquilo aguanta solo me faltan 3 años.—le dije devolviéndole el disgusto.

—Vamos Harry.—le dijo Ron.

Ron comenzó a subir, y Harry me vio.

—Que bueno ver que estas bien Harry,  ve con el.—le dije.—Luego podremos hablar si quieres.

—Claro Adaliah, también es bueno verte.

***

Ya habíamos vuelto del callejón diagon, en donde pasó de todo, la familia Malfoy molesto a la Weasley, el señor Malfoy me trato de traidora ya que llevaba mi capa de Slytherin, y estaba con unos Gryffindor.

La noche había caído y como siempre yo era la última que se iba a dormir, de hecho me gustaba mucho ver cómo se ve el cielo nocturno en la madriguera, sobre todo desde l cocina.

—¿Tampoco puedes dormir?

Me gire ante la voz, era Harry.

—Simplemente me gusta ver la noche.—El se hizo a mi lado.

—¿Tú no eres como los otros Slytherin? ¿Cierto?

—No, Harry no todo el Que este me esa casa es malo, yo estoy hay porque mis cualidades son la astucia y la determinación, pero eso no dice que yo sea mala.

—¿Por que los Weasley creen que todas las serpientes son malas?

—No lo sé Harry, no soy una Weasley. Tal vez, divagando, prefieren creer que la culpa siempre será de los Slytherin a aceptar que a veces un Gryffindor se puede equivocar.—Lo vi a los ojos.—Si te soy muy sincera, a Percy yo lo veo más como un Slytherin que como un Gryffindor. El no le importa dejar atrás a las personas para conseguir lo que quiere, eso es muy Slytherin y muy poco Gryffindor.

—Me agradas a Adaliah.

—Gracias Harry, ahora me iré a dormir, que descanses