𝙿𝚛𝚘𝚕𝚘𝚐𝚘

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Narrador omnisciente.

14 de diciembre de 1980
La muerte presenciaba a la lejanía, como la mujer que amo y con la que tuvo una hija llegaba su hora partir, el volaba muy lentamente hasta que apareció dentro del cuarto de la bebé, había llanto mientras miles de hechizos volaban.

La muerte pasó por el lado de un mago y tocándolo, hizo que cayera muerto cuando un hechizo lo golpeó, la mujer no lo veía. El no quería que lo viera antes de que se llevara su alma.

Con pasos lentos se ubicó detrás de la mujer, que peleaba por defender la cuna donde estaba su hija.

—Lo siento mi amada.

El dios tocó el hombro de la mujer y un hechizo la golpeó causándole la muerte, Tánatos vio a su amada en el piso con los ojos abiertos, lo estaban viendo a él.
Los dos mortifagos que quedaron se acercaron a la cuna,dispuestos a llevarse a La Niña. Pero Tánatos no dispuesto a que eso pasara, invocó su guadaña y terminó con la vida de ellos.

A pasos pesados se fue haciendo visible hasta que se asomó a la cuna, una bebé de dos años, estaba llorando sentada en el medio de la cuna.

—No llores Adaliah.

La ñiña escuchando que la llamaban vio al dueño de la voz, sus miradas se conectaron y la bebé supo que era alguien que la quería y dejó de llorar.
Tánatos la tomó en brazos y la cubrió con una manta.

—mamá.—dijo la pequeña.

Tánatos la vio, un ser inocente que se quedó sin madre, y pronto sin padre por la absurda ley de los dioses.

—Mamá no está Adaliah, pero hare todo lo posible por estar contigo, así sea poco.

La bebé se recostó en el pecho de la muerte, se sentía a salvo con el, mientras el prendió vuelo hasta Nueva York, un vuelo que tomaría muchas horas ya que era desde Londres, pero la muerte no tardó. En Nueva York en el campamento mestizo. Era de día.

—Quiron.—dijo la muerte apenas apareció en la oficina del centauro.

—Lord Tánatos.—dijo Inclinándose en sus patas.

—Quiron te traigo a alguien más para que entrenes.

—¿A quien?

—A mi hija, su madre acaba de morir.—destapó a la bebé que se encontraba dormida en el pecho de la muerte.—Su nombre es Adaliah Edwards, tiene 2 años...y en este momento te convierto en su tutor legal, necesito que la cuides.

—Lo hare mi Lord.

—Unas cosas antes de que me vaya...ella es una bruja, de los bendecidos por Hecate, su madre era una bruja sangre pura. Por último la reconoceré, así que espero que le hagas una cabaña o le des un lugar para que viva.

—Señor, las reglas de Zeus.

—Yo me encargo de el, pero reconoceré a mi hija.

Así la muerte se fue, dejando a un centauro con una bebé que comenzó a llorar a sentir que la muerte se iba.

—Ya pequeña, debes de tener hambre.

Ambos fueron al comedor, todos veían raro al entrenador por tener a una bebé en sus brazos. Se sentó en su lugar habitual y pidió que trajeran un biberón con leche, con cuidado el le iba dando una compota.
Hasta que un Aura invadió a la pequeña y sobre su cabeza apareció el símbolo de una guadaña, y muy debajo de ella una calavera.

—SALVE ADALAH EDWARDS, HIJA DE TÁNATOS DIOS DE LA MUERTE PACÍFICA, Y BENDECIDA POR HADES DIOS Y REY DEL INFRAMUNDO.

Los semidioses sorprendidos se inclinaron ante la bebé, mientras decían un Salve.

Una Slyterin muy diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora